lunes, 31 de octubre de 2016

Reilly, as de espías


En 1984, TVE1 emitió en las tardes de los domingos de 21:30 a 22:30, los 12 episodios de una serie británica sobria y discreta: Reilly, As de Espías. A partir del segundo episodio algunos nos sentimos capturados por lo que estábamos viendo. La reconstrucción de la época en la que sucedieron los hechos era tan extremadamente realista y el guion tan sólido que algunos empezamos a preguntarnos si los hechos narrados no formarían parte de la historia del siglo XX. Una buena enciclopedia nos resolvió la duda. El Reilly al que hacía alusión el título de la serie, había existido realmente. Había sido un agente de la inteligencia inglesa, aventurero y carismático. Incluso vi la foto del auténtico Sidney Reilly: se parecía poco a Sam Neill el actor que lo encarnó. 

La serie se basaba en la biografía que hizo del personaje Bruce Lockhart publicada en 1932. Si Lockhart estuvo en condiciones de componer una biografía de Reilly fue porque su padre, Robin Bruce Lockhart,  había sido compañero de correrías del espía. A lo largo de la relación entre ambos, Reilly le contó anécdotas ya embellecidas que el hijo de su compañero embellecería todavía más. Cincuenta años después, su eco no se había extinguido todavía. Obviamente, el guión se tomó algunas licencias: pero no las suficientes como para el biopic del espía dejara de serlo.




Se dice que el propio Ian Fleming, tomo algunos rasgos de Sidney Reilly para conformar el personaje de “James Bond”. Al igual que Bond, Reilly siempre parecía estar dispuesto a echar una cana al aire. Y como aquel, no dudó en embarcarse en las aventuras más peligrosas, actuando frecuentemente por su cuenta “al servicio de Su Majestad”. A ambos les gustaba el lujo y la sofisticación; la aventura por encima de todo ¿Era posible que hubiera existido un espía así? Sí, si damos por cierto la biografía elaborada por Lockhart. Y este era el problema que la fuente principal que había utilizado el autor eran los datos facilitados por el propio interesado. Parece evidente que embelleció algunos aspectos de sus aventuras, exageró otros, se inventó algunos y deformó otros. No aludía, por ejemplo, a su origen. 

Reilly solía contar de si mismo que era de origen irlandés. No lo era. Ni tampoco su nombre real era el que utilizó durante los últimos años de su vida. En realidad había nacido en Rusia hacia 1875. Sus padres eran judíos y respondía al nombre de Sigmund Rosemblund. A diferencia de Bond cuyos ligues eran de “usar y tirar”, Rosemblund-Reilly se casó en varias ocasiones sin preocuparse por divorciarse de la esposa anterior. Frecuentemente se vio implicado en estafas, manejos ilegales e incluso asesinatos (se casó por primera vez con una dama cuyo marido había muerto unas semanas antes asesinado por desconocidos, recibiendo en herencia la desmesurada cifra de casi un millón de libras de la época que pasaron a Reilly el día de la boda. Se trataba de un tipo poco recomendable, con todos los rasgos del perfecto psicópata: falta de escrúpulos, encanto artificial, incapacidad para experimentar sentimiento, falta de empatía… ninguna de estas características están presentes en la serie.

La serie abarca el período entre 1901 y 1925. Ahora bien, donde sí ha podido seguirse los pasos de Reilly es en su actividad durante la Revolución Soviética de 1917 y en los años siguientes, hasta mediados de los felices años 20. Parece cierto que los servicios de inteligencia británicos acariciaron la idea de asesinar a Trotsky y  Lenin (éste último resultó herido en un atentado que mermó su salud y precipitó su muerte unos años después), promover un golpe de Estado y constituir un gobierno provisional anticomunista cuyos miembros hubieran sido elegidos por Reilly. Las operaciones desencadenadas por la Cheka tras el atentado contra Lenin llevaron a la cárcel a los conspiradores. Reilly resultó condenado a muerte en rebeldía y no volvería a Rusia hasta 1925 relacionándose con el inestable Boris Savinkov. La Cheka, para acabar con las conspiraciones anticomunistas, decidió crear y financiar una organización que agrupara a los activistas anticomunistas y que estuviera teledirigida… por la policía secreta soviética. Reilly que tenía el descabellado proyecto de dar un golpe de Estado apoyado por esta organización, penetró en la URSS siendo detenido y ejecutado en un bosque a finales de 1925.


La serie descansa en grandísima medida sobre el trabajo de Sam Neill que, se encontraba en su mejor momento y acababa de cumplir 35 años. Todavía estaba en los primeros pasos de su carrera como actor y su protagonismo en esta serie contribuyó a lanzarlo definitivamente. Año y medio después, cuando se barajaba sustituir a Roger Moore en el papel de James Bond, el nombre de Neill sonaba para ser su sustituto, gracias precisamente a su intervención en Reilly, As de Espías (sin embargo, fue Timothy Dalton, finalmente, quien se hizo con el papel). 

Toda esta peripecia y alguna otra que llevó a Reilly a comerciar con armas durante la Primera Guerra Mundial (vendidas por Basil Zahafof, presidente de la fábrica de cañones Vickers, judío como Reilly y que aparece como personaje de la miniserie) son tratados en los episodios de esta miniserie que, verdaderamente, vale la pena ver y que, con los años no ha perdido su atractivo e interés. La serie fue nominada a la mejor miniserie en los premios Emmy, el protagonista, Sam Neill fue nominado como Mejor Actor en los Globos de Oro y obtuvo varios premios BAFTA. Se aprovechó como tema musical la Suite del Tábano de Dmitri Shostakovich. Una última curiosidad: la miniserie supuso el primer encuentro entre Hugh Fraser y David Suchet que luego aparecerían juntos en la famosa serie, también de culto, Agatha Christie’s Poirot (1989-2013)

Por mucho desfase que haya entre Sidney Reilly real y el reflejado en esta miniserie, esta producción ayuda a entender el primer cuarto del siglo XX y nos dice mucho sobre los problemas de aquel momento. Las cualidades narrativas de la serie hacen que pueda resultar interesante incluso para gentes que habitualmente no se interesan por la historia y desconocen los grandes hitos de aquella época. Estos aprenderán algo. Los que conocen la historia agradecerán el que personajes como Félix Djerzhinsky (fundador de la Cheka, posteriormente KGB y hoy FSB) o Boris Savinkof (socialrevolucionario primero, aventurero después) aparezcan en la pantalla brillantemente interpretados. Y, por supuesto, los mayores de 55 años gustarán recordar un producto que en su momento supieron apreciar. 



FICHA 

Titulo Original: Reilly, Ace of Spies
Título en España: Reilly, As de espías
Temporadas: 12 episodios
Duración del Episodio: 50 minutos (el primer episodio es de 80 minutos)
Años: 1983
Temática: Thriller histórico
Subgénero: Espionaje
Actores principales: Sam Neill, Michael Bryant, Norman Rodway, Tom Bell, Hugh Fraser, David Suchet, Jeanne Crowley, Clive Merrison, Leo McKern, Peter Egan, Brian Protheroe, Malcolm Terris, Laura Davenport, Celia Gregory, Kenneth Granham, Ian Charleson, Anthony Higgins.
Lo mejor: la reconstrucción del ambiente de los primeros años de la Unión Soviética.
Lo peor: cierto alejamiento de la historia real de Sidney Reilly
Puntuación: 8,5
Web oficial: no tiene.
Cómo verlo: Está a la venta en DVD editado por Freemantle Media International. También puede obtenerse mediante programas “peer to peer”.

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