A finales de enero de 2010, Tele 5 emitió una miniserie en dos episodios que obtuvo una cuota de pantalla de casi el 14%. Había sido filmada por Daniel Calparsoro y seguía a otras dos miniseries, una encargada por Tele 5, La ira (2009) y la otra por Antena 3, El castigo (2008). En los tres casos, el núcleo central está inspirado en hecho reales que el director ha tomado e interpretado con ciertas libertades hasta deformarlos, pero no lo suficiente como para que pudiera perderse la memoria de a qué correspondían. En el caso de Inocentes, se trata de una versión libre –contraria, pues, a la versión oficial y en refuerzo a las versiones alternativas– sobre los truculentos asesinatos de las llamadas “niñas de Alcácer”. La serie, en su momento, recibió muchas críticas, algunas de ellas injustificadas, especialmente en lo que se refiere a la tarea de dirección.
El género negro le va a Calparsoro. No solamente se mueve bien sino que, por extensión, es el género que tradicionalmente se hace mejor en España desde la postguerra. Su última producción Cien años de perdón (2016) va en esa línea y nos confirma en la calidad de sus trabajos. Así mismo, las dos miniseries a las que hemos aludido tienen también que ver con este género: en El Castigo, toma el caso de unos jóvenes “difíciles” que fueron recluidos por sus familias en una granja–reformatorio de Gerona gestionado por una organización suiza especializada en reconducir a jóvenes de familias con posibles que iban por mal camino. Uno de estos jóvenes apareció en 2004 con signos de haber sido maltratado y dio lugar un caso que se relata en la miniserie. En cuanto a La ira, trata sobre el asesinato de dos jóvenes en Betanzos. También la miniserie producida para Antena 3 que siguió a Inocentes, remitía a hechos reales: Tormenta (2013), se inspira en el llamado “experimento Milgram” sobre psicología social y reacciones humanas ante situaciones extremas. La serie se quedó en un 8,8% de share lo que entrañó su desplazamiento a una franja horaria de menor lustre. En cualquier caso, en todos estos productos se percibe claramente por donde discurre la filmografía de Calparsoro.
Centrándonos en Inocentes, el episodio que lo inspira es suficientemente conocido. Conocido, pero no satisfactoriamente resuelto, al menos para un amplio sector de la opinión pública. La desaparición de tres adolescentes en lo que se dio en llamar “el crimen de Alcácer” sacudió a la opinión pública española desde noviembre de 1992. A partir del descubrimiento fortuito de los cadáveres, la policía detuvo a un delincuente de poca monta (Miguel Ricart) que la justicia consideró como co–responsable del crimen junto a Antonio Anglés, desde entonces en paradero desconocido. El crimen, ya de por sí, truculento (por las vejaciones a que fueron sometidas las adolescentes antes de asesinarlas) fue amplificado por unos medios de comunicación en los que aparecieron personajes, mejor o peor intencionados y mejor o peor informados, que construyeron una “teoría de la conspiración”, apoyados incondicionalmente por uno de los padres de las asesinadas. Aparecieron libros en los que se aludía a una trama de personajes relevantes y muy conocidos que realizaban prácticas sadomasoquistas y snuff–movies y se sugería que éste habría sido el destino de las desgraciadas muchachas. Al tratarse de personajes relevantes en el mundo del espectáculo y de la comunicación, los crímenes se habrían beneficiado de la negligencia de las autoridades y se habrían creado pistas falsas para desviar la atención hacia los dos delincuentes habituales cuyo papel en la trama no habría pasado de ser la de deshacerse de los cadáveres…
En realidad, nada de todo eso fue en su momento probado. Las declaraciones contradictorias del único procesado y el misterio de la desaparición de Anglés, constituyeron los puntales en los que se apoyó la teoría de la conspiración. Es para meditar el que un caso de esta gravedad pudiera terminar como pasto de la telebasura y de una prensa no menos desaprensiva (el polémico Rodríguez Menéndez aprovechó para afirmar que había entrevistado a Anglés en lo que fue uno de sus montajes más detestables).
Ante todo esto, la película de Calparsoro es relativamente moderada en su recreación de los hechos. Lo que la justicia describió como un asesinato cometido por dos jóvenes bajo los efectos de las drogas, fue convertido en el guión de esta miniserie, en una especie de red mafiosa que secuestra a adolescentes para ofrecerlas a gente dispuesta a pagar por utilizarlas sexualmente. Frecuentemente drogadas, son objeto de vejaciones y malos tratos, hasta que red decide asesinarlas (reproduciendo con bastante fidelidad la escena que tuvo lugar realmente en el paraje conocido como La Romana, donde aparecieron los cadáveres) cuando una prostituta del Este advierte su presencia en un chalet al que ha ido a prestar sus servicios.
Existe un fondo de realidad en el eje central de la película pero –vale la pena no olvidarlo–es mucho más una dramatización imaginativa de los hechos. No es, ni el director ha pretendido que fuera, una versión alternativa, sino una miniserie “inspirada” en el horrible crimen.
El protagonista es Álex González que contaba 30 años cuando se filmó la miniserie y contaba con una amplia experiencia televisiva (había aparecido en Hospital Central [2003], en Un paso adelante [2004], en Los Serrano [2006], Cuenta Atrás [2007–2008] y algunas otras). No era un rostro desconocido; pertenecía a esa nueva generación de actores descubiertos en series televisivas y cuyas capacidades interpretativas no han estado siempre a la altura. Aquí le falta la convicción y la dureza necesaria que debería tener el protagonista real del drama de Alcácer, Antonio Anglés. “Marcos”, papel interpretado por González, es el joven que “capta” a las chicas que le señalan para ser secuestradas y entregadas a la red de venta de servicios sexuales extremos. Las tres protagonistas femeninas, que deberían representar a las tres adolescentes secuestradas, tienen análogos historiales televisivos.
La primera entrega es de “planteamiento y nudo” y la segunda de “nudo y desenlace”. En ambas, el director consigue mantener el interés en las escenas, si bien en algunos momentos se pierde la credibilidad y se cae en situaciones poco verosímiles. Los flash-back son frecuentes. La angustia y la tensión se mantienen durante la proyección, pero las escenas de acción, la sobreactuación de algunos actores en momentos clave y el escaso acierto en la elección de otros, pesen como una losa a la hora de valorar esta miniserie. Fotografía, movimiento de cámara, encuadres y localizaciones, muy buenas. La música acompaña bien a las escenas.
Sin ser una serie perfecta y con los problemas que hemos mencionado, es un producto que puede verse y que interesará al público adicto al género negro español. Interesará menos a los que quieren ver tras el “crimen de Alcácer”, una reedición de la teoría de la conspiración que les montó la telebasura y el periodismo basura; es posible que se sientan decepcionados con el comedimiento de Calparsoro a la hora de plantear una “teoría alternativa” sobre este crimen. La miniserie convence más si consideramos que alude al asesinato de tres adolescentes y no a un lamentable episodio en la historia reciente.
FICHA:
Título original: Inocentes
Título en España: Inocentes
Temporadas: 1 (2 episodios)
Duración episodio: 90 minutos
Año: 2010
Temática: Thriller
Subgénero: Asesinatos
Actores principales: Aura Garrido, Lucía Raos, Álex González, Michelle Jenner, Aida Folch, Paloma Bloy, Jaroslaw Bielski, Natasha Yarovenko, Daniel Albadalejo.
Lo mejor: la intención de ir más allá de la versión oficial sobre el asesinato de Alcácer.
Lo peor: los diálogos no están suficientemente pulidos.
Puntuación: 6,5
Primeras escenas: https://www.youtube.com/watch?v=ddsxNiexwVc
¿Cómo verlo?: Está a la venta en DVD producido por Tele 5. Mediante programas “peer to peer”
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