miércoles, 16 de noviembre de 2016

El Rebelde, historias del Viejo Sur


Debió ser a mediados de los años 60 cuando TVE ofreció esta serie que nos contaba las peripecias de un antiguo soldado confederado que seguía llevando el uniforme gris cuando el Sur ya se había rendido. La serie se emitió en el prime time: en los noches de los sábados, después del programa de variedades Galas del Sábado. La primera vez que los espectadores pudieron ver esta serie fueron de sorpresa en sorpresa. En primer lugar por la música que abría cada episodio, una balada extremadamente pegadiza y que por entonces empezaba a oírse cantada por Johnny Cash. Un clásico del folklore norteamericano, considerada como una de las 100 mejores canciones de la historia. Luego por las características del personaje central. El protagonista, “Johnny Yuma” era actor joven con aspecto delicado y, en principio, poco combativo, casi parecía un teddy-boy que había cambiado la moto de alta cilindrada por un caballo y la guitarra por una recortada.  Sin embargo, en cada episodio se las ingeniaba para vencer a sus adversarios. 




La serie gustó pero no entusiasmó. En aquellos años proliferaban las series basadas en westerns y esta no dejaba de ser otra más, no tan carismática como Bonanza (1959-1973), ni tan variopinta como Caravana (1957-1975). En estos y en otra media docena de casos, no existía un solo protagonista, sino que se trataba de obras corales: “Ben Cartwright” y sus tres hijos junto al cocinero chino (inolvidable “Hop-Sing”, en estado de cabreo permanente) o el jefe de la caravana y los estoicos habitantes de los carromatos. Incluso en series que, inicialmente, personalizadas como El Virginiano (1962-1971), el protagonista, James Drury, que daba nombre a la serie, compartía con Doug MacClure (“Trampas”) y Lee J. Cob (“el juez Garth”), los papeles principales de tal manera que la serie hubiera sido inconcebible sin ellos. Sin embargo, en El rebelde, el protagonista es único. Ni hay otros actores que aparezcan en cada episodio, ni siquiera en papeles secundarios. El rebelde, vaga por el territorio de los EEUU, especialmente por Texas, pasa de un pueblo a otro, siempre vagando con su caballo, nunca permanece dos episodios en el mismo villorrio. Esto es lo que hace a esta serie completamente diferente a cualquier otra que se hubiera producido hasta entonces.

El rebelde, “Johnny Yuma”, tenía vocación literaria. Mala combinación aparente la de soldado e intelectual que, sin embargo, ha producido algunos ejemplares geniales: heroico soldado fue Saint-Exupery, sin olvidar a aquel humilde soldado que resultó herido en Lepanto antes de convertirse en el mejor escritor de la historia de la literatura castellana. “Johnny Yuma” no tenía tan altas aspiraciones: las líneas que acertaba a escribir estaban plagadas de sus angustias como soldado. Diríamos que estaba más cerca de la literatura derrotista de Erik Maria Remarque o de Hemingway, que de los autores que vieron en la guerra una posibilidad de superación personal (Ernst Jünger) a pesar de haber pertenecido a una de las unidades más combativas del ejército sudista: el tercer regimiento de caballería tejana. 

“Yuma” buscaba la paz interior como el toro busca a la vaca. Permanentemente escribe un diario con sus experiencias y aventuras. Por algún motivo que no termina de estar muy claro, parece que considera un apostolado seglar el luchar contra la injusticia. Nadie lo llama. Simplemente aparece, se topa con el problema y decide salir en defensa de los débiles y los oprimidos. El hecho de que sea un ex combatiente del Sur es casi irrelevante. Lucir el uniforme del ejército vencido, solamente le sirve para aumentar el odio que suscita en torno suyo y las ganas de darle estopa allí donde se encuentre. Viaja con un pequeño bagaje: alguna pelliza y manta para el invierno y acaso unas pocas prendas más de vestir y, sobre todo, dos armas: un voluminoso revólver y una escopeta de cañones y culata recortadas que perteneció a su padre. Eso es todo. 


La trama arranca tras la rendición de la Confederación en la Guerra de Secesión norteamericana (1961-1965). El presidente Lincoln ya ha sido asesinado (de manera tan misteriosa como JFK) y los prisioneros confederados regresaban a sus casas. “Johnny Yuma” es uno de ellos. El viaje hacia la tierra natal es largo y complicado; cuando llega a su pueblo hacia 1867, se encuentra con que su padre ha sido asesinado por un grupo de pistoleros. Y entonces decide hacer justicia, limpiar el pueblo de los bandidos que se han constituido como única autoridad, hecho lo cual ya nada le retiene en el lugar. En el curso de su periplo encuentra de todo: ex soldados confederados harapientos transformados en bandidos, indios pacíficos e indios levantiscos, cow-boys metidos a forajidos u hostilizando a granjeros, granjeros atosigados por ganaderos, damiselas en apuros, villorrios atemorizados, abusos, injusticias y miserias, ante cada una de las cuales, “Johnny Yuma” reacciona como se espera de él. En muchas ocasiones sale descalabrado, suele recibir más palos que una estera, pero, finalmente, cada episodio termina bien y el fin, la verdad y la justicia se imponen. Sería difícil encontrar un argumento más convencional. Y, sin embargo, la fórmula tuvo cierto éxito que permitió extender la serie durante dos temporadas y 76 episodios. 

La serie puede resumirse y asociarse a su protagonista que, al mismo tiempo, fue creador del personaje y realizó buena parte del trabajo de guionización. El Rebelde dependía enteramente de él. Se trataba de Nicholas Aloysius Adamshock, en Hollywood, Nick Adams. Murió joven, a los 39 años, intoxicado por las drogas y el alcohol. Rodó innumerables películas y episodios de series televisivas como actor de reparto. En la serie El Rebelde, alcanzó la cumbre de su fama. Dos años después de concluir la serie, sería nominado en los Óscars de 1963 como el Mejor Actor de Reparto por su participación en A cualquier precio. Luego su carrera entró en declive, pasó a protagonizar películas de bajo presupuesto y de nada le sirvió mantener estrechos lazos de amistad con Elvis Presley, Johnny Cash o con los mejores actores de Hollywood de la época. Simplemente, el alcohol y los tranquilizantes empezaron a hacer mella en su carácter y terminaron destruyéndolo. Tres años antes, se había divorciado y entregado la custodia de sus hijos a su ex esposa. A partir de ese momento, se hizo adepto a los fármacos que finalmente se lo llevaron a la tumba. El hecho de que poco antes de morir declarara que estaba escribiendo un libro sobre la vida sexual de Hollywood dio pie a la versión de que su muerte había sido, en realidad, un asesinato. Sin embargo, para su amigo más próximo, Robert Conrad (protagonista de la serie Jim West) no había dudas: Adams estaba suficientemente alterado como para ingerir una sobredosis de medicamentos. Fue enterrado en el cementerio ucraniano de Pensilvania (tal era el origen de su padre) con una placa en la que puede verse la silueta de un soldado confederado.


La serie tiene un punto de candidez que posiblemente tuviera alguna influencia sobre Michael Landon cuando ideó La Casa de la Pradera (1974-1983): la fuerza de los débiles que, junto con su posesión de la verdad, hace que siempre, inevitable y fatalmente, triunfen. Sin embargo, la serie es mucho más violenta y las meditaciones pacifistas (e incluso existencialistas) de “Johnny Yuma” no logran evitar la sensación de que se trata de una típica serie del farwest, como muchas otras de la época. 

Tiene un interés nostálgico. Los episodios son muy desiguales unos a otros, el esquema es siempre el mismo, repetido en 76 ocasiones: llega Yuma, conoce personas, familias, pueblos con problemas, afronta el problema, se ve rebasado por los malos, le propinan paliza y ponen en peligro su vida, pero se rehace y termina triunfando gracias a su dominio sobre las armas que le acompañan. Tal esquema interesará a los fanáticos de los westerns, incluso los moralistas se verán confirmados en su convicciones. Y las jóvenes generaciones se preguntarán, seguramente, cómo sus padres nutrían su tiempo de ocio de los sábados con series así. Los amantes de Dixieland, los partidarios de las causas perdidas y de la bandera de la Confederación quizás se sientan decepcionados por la falta de compromiso de “Johnny Yuma” con la causa del Viejo Sur.



FICHA

Título original: The rebel.
Título en España: El rebelde.
Temporadas: 2 (76 episodios).
Duración episodio: 30 minutos.
Año: 1959-1961.
Temática: Western.
Subgénero: post guerra de secesión.
Actores principales: Nick Adams.
Lo mejor: El intento explícito de superar la guerra civil.
Lo peor: La dificultad implícita por superar la guerra civil.
Puntuación: 6,5
Tema musical de la serie:

¿Cómo verlo?: Puede adquirirse en DVD en versión original, distribuido por TMG. Se puede conseguir a través de programas “peer to peer”. 43 episodios pueden verse en youTube.

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