En 2011 se emitió la tercera entrega de Zeitgeist, cuyas otras dos habíamos visto a poco de iniciarse su difusión: Zeitgeist Addendum (2008) y Zeitgeist: the movie (2007). Como era esperar, en esta entrega se abordan distintos problemas que no habían sido considerados en los otros dos Zeitgeist, o bien se amplían algunos que sólo estaban esbozados. Al parecer, a las 24 horas de haberse iniciado la difusión (como en las dos ocasiones anteriores, gratuita y a través de Internet) ya se había sido visionado por 300.000 interesados y en los quince días siguientes dos millones más se empaparon de sus tesis.
MOVIMIENTO ZEITZEIST Y NEW-AGE
De los tres documentales de esta trilogía, éste es, sin duda, manteniendo el mismo interés en el análisis de los problemas de la humanidad, se resiente más de la influencia de la New Age, especialmente en la primera y en la última parte. No es que todo en este movimiento de la New Age sea cuestionable, es que las críticas que pueden formularse son tres: 1) Es demasiado heteróclito en sus componentes que oscilan desde lo mejor (la parte científica) a lo peor (sectas, mancias, videncias y terapias de eficacia no suficientemente contrastada), 2) Dispone de una ideología soft, providencialista, en la que lo esencial es reconocer que el cambio de la vieja a la nueva era se producirá casi automáticamente, a despecho de la voluntad de los humanos y 3) Se muestra como una radicalización del progresismo de siempre, una especie de reedición del socialismo utópico del siglo XIX que, por otra parte, elude enunciar cualquier forma de estrategia política para alcanzar sus objetivos.
Estas críticas van dirigidas a los newagers. No es que el Movimiento Zeitgeist pertenezca formalmente a esta corriente, pero sí que en algunos planteamientos está muy cerca de ella y hay entre ambos cierto nivel de permeabilidad. Además, ambos comparten una misma actitud: ignorar todo lo que es “tradición”, es decir, lo que ha permanecido constante en la humanidad durante siglos, milenios incluso. Es evidente, por ejemplo, que en las civilizaciones antiguas, las nociones de orden, autoridad y jerarquía, aparecidas desde el neolítico, garantizaron la estabilidad de las sociedades. Utilizando un lenguaje darwinista, podría decirse que se si la “tradición” no hubiera sido benéfica para la especie, es decir, si hubiera sido “contrafuncional”, simplemente o la especie habría desaparecido o estos principios hubieran sido sustituidos por otros más eficientes para su recorrido. Y, precisamente, es sólo cuando la “tradición” va desapareciendo cuando la sociedad se ha tornado más inestable.
Por tanto, hay que considerar que el alejamiento de la tradición es la madre de todas las patologías a las que se alude en este documental. Es posible que el Movimiento Zeitgeist no comparta este punto de vista, pero a poco que mediten sobre él, verán que la psicología actual no sabe mucho más sobre el ser humano de lo que sabían los filósofos griegos o los estoicos romanos. Y lo mismo cabría decir sobre organización social, concepción de la vida y actitudes ante la naturaleza o la economía (si una figura fue odiada en otro tiempo fue la del prestamista con interés, el usurero).
LA VISIÓN PROGRESISTA EN ZEITGEIST
Lo que se nos expone en esta tercera entrega es otra versión “progresista” que se niega a mirar hacia atrás y encontrar inspiración en modelos del pasado. Llama la atención, por ejemplo, que siendo la familia una constante en todas las especies superiores y en la especie humana, no tenga un lugar en los documentales Zeitgeist. Vale la pena recordar que lo que hoy está en crisis no es la “familia”, sino la concepción burguesa de la “familia”. Ante esta crisis, podemos realizar una mirada retrospectiva y rescatar la “célula básica de la sociedad”, tal como fue concebida antes de la “revolución burguesa”, o bien, zambullirnos en “nuevos modelos familiares” (recordando aquello de “los experimentos en casa y con gaseosa”).
Otro elemento discutible: desde el afianzamiento del humanismo, hasta la revolución francesa, la revolución rusa de 1919 y la aparición de la “nueva izquierda” en 1968 (con sus sucesivas reactualizaciones en 1977 o en 2011), la idea que se transmite es la de la “igualdad” entre los seres humanos, aun cuando, todas las civilizaciones precedentes hubieran insistido en la idea opuesta: la “justa desigualdad” y su articulación en “jerarquías”: decir jerarquía implicaba decir “complementareidad” y éste se percibe en la naturaleza.
Los lobos más ancianos caminan los primeros en la manada, tienen experiencia para detectar los peligros y marcan el paso a seguir; si no fueran ellos, otros con menos experiencia, más jóvenes, irían delante, dejarían a los más débiles detrás y no garantizarían la seguridad de la manada. Detrás de ellos van los jóvenes. Más atrás los más débiles y las crías, finalmente, cierra la manada, el macho–alfa que desde su posición privilegiada puede verlos a todos y con su fuerza está en condiciones de acudir en cualquier punto donde aparezca un riesgo. Eso es jerarquía. Si se ignora que la especie humana tiene un elemento biológico (de hecho el ser humano es “biología consciente de sí misma”) y no se le aplican las mismas leyes que a cualquier otra especie biológica, lo que se tiene es una construcción artificiosa y “progresista”. Más etología y menos psicología transpersonal, habría que recomendar, tanto al Movimiento Zeitgeist como a cualquiera que se interesara por los problemas de la humanidad.
A PESAR DE LOS PESARES, VALE LA PENA VER ÉSTE DOCUMENTAL
Formulada esta crítica –inevitable que un crítico exprese en primer lugar dónde no coincide con una tesis– cabe decir que vale la pena ver las casi tres horas de este documental para comprobar que algunas ideas, especialmente en materia de economía, son particularmente acertadas y difícilmente refutables. Podemos compartir las palabras de Jacque Fresco (uno de los inspiradores del Movimiento Zeitgeist) como conclusión al análisis de la economía del despilfarro y la “obsolescencia programada”: “Esta mierda debe acabar”. Pero permanecemos mucho más escépticos ante las palabras de Margared Mead (la otra inspiradora del Movimiento y colaboradora de Fresco en el Proyecto Venus): “Un pequeño grupo de ciudadanos pueden cambiar el mundo”… No, esa es seguramente la mayor de todas las ingenuidades: para cambiar el mundo, lo que hacen falta son “soldados políticos” provistos de una fe incontrovertible, una resolución a prueba de fuego y una voluntad de acero. Si de lo que se trata es de “hacer una revolución” (y parece que por ahí van las propuestas del Movimiento Zeitgeist), hay que reconocer que un movimiento histórico de este tipo discurre por “rieles de acero sobre ríos de sangre”.
Los casos de Luther King o de Ghandi que, habitualmente se muestran como ejemplos de revoluciones pacíficas, no resistirían un análisis en profundidad. La realidad es que –como se recuerda en el documental– el 2% de la población del planeta posee el 50% de la riqueza… pero elude decir que no está dispuesta a ceder sus posiciones de privilegio. Es más, incluso podría reducirse ese 2% a un porcentaje inferior, apenas a unos pocos cientos de dinastías económicas, cuyos hijos nacieron jugando al Monopoly y que no saben hacer otra cosa que acumular riquezas (y articular medios para defenderlas). Estamos, pues, de acuerdo en la necesidad de extirpar a las sanguijuelas que formar esa cúpula socioeconómica, pero no vemos de qué manera se podría hacer eso, sin un baño de sangre planetario. Y las sugestiones y propuestas para la acción que escuchamos en esta tercera parte de Zeitgeist parecen ingenuas y angelicales. Por tanto, cuando vemos inscrito el leitmotiv final del documental –“La revolución es ahora”– no podemos sino expresar cierto escepticismo.
De todas formas, el mejor consejo que podemos dar al lector interesado es que vale la pena ver este documental y forjarnos una opinión propia. Todo antes que permanecer al margen de los problemas e ignorando que nuestra civilización camina hacia el despeñadero, ante la inconsciencia de casi todos y ante la irresponsabilidad criminal de las élites dominantes. Se puede estar o no de acuerdo con las tesis del Movimiento Zeitgeist, pero hay que reconocer en él un sincero afán de concienciar a la población de que, como decía, Jacque Fresco, “esto es una mierda”. Así pues, recomendamos verlo y, a partir de ahí, juzgarlo cada uno de nosotros.
FICHA
Título original: Zeitgeist: Moving Forward (Zeitgeist 3)
Título en España: Zeitgeist: Moving Forward (Zeitgeist 3)
Duración: 162 minutos.
Año: 2011.
Temática: Documental.
Subgénero: Denuncia.
Tema: Crítica a distintos aspectos de la realidad del siglo XXI y propuestas para realizar el tránsito a una sociedad más justa y sostenible.
Lo mejor: La propuesta sobre reordenación urbana.
Lo peor: Demasiado próxima a la ideología de la new–age.
Puntuación: 6,5
Web oficial en inglés: http://www.zeitgeistmovie.com/
Documental en castellano:
¿Cómo verlo?: Desde su lanzamiento, el documental se ha podido ver gratuitamente a través de la web oficial y también ha sido colgado en YouTube (doblado al castellano). Puede verse, así mismo, en la sección de documentales de Netflix (en VOSE)
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