Desde que en el inicio del milenio se estrenó la primera edición de Gran Hermano, los realitys shows se han convertido en el pan nuestro de cada día televisivo. Parece imposible huir de ellos y, antes o después, estamos casi obligados a engancharnos a alguno o, de lo contrario, puede ser que incluso nos encontremos desplazados de conversaciones y considerados por algunos de nuestros amigos y familiares como “raros”. Porque el reality show no consiste sólo en exponer el minuto a minuto de un pequeño grupo social cuya vida transcurre en el interior de una caja de cristal, sino en fijar la atención del espectador, hacer que empatice con los enclaustrados y, finalmente, convertir el teatrito en el centro de atención de un amplio grupo social que lo convertirá en el eje de su ocio e incluso de su vida: comentará entre su familia, en su trabajo, entre sus compañeros de estudio, con amigos y vecinos, las peripecias y evoluciones de los protagonistas y al cabo de pocos días, estos pasaran a formar parte de la vida del espectador. De paso, se aprovechará ese interés constante para encajarle sobredosis de publicidad. Eso y no otra cosa es un reality show. Verán porqué les contamos todo esto.
La serie Ascension es, en realidad, un extraordinario reality show que se debe prolongar durante 101 años. En 1963, cuando el planeta Tierra vivía la espeluznante “crisis de los misiles” de Cuba y se daba por inevitable la guerra nuclear (con lo que conllevaba de apocalipsis planetario), se ponía en marcha el Proyecto Orión. Ante el riesgo de desaparición de la especie humana, un grupo de 600 voluntarios partió en una gigantesca nave espacial con la misión de colonizar un planeta situado en Alpha Centaury (el sistema estelar más próximo a la tierra y en donde –al parecer– existe algún planeta que registra condiciones similares a las de la Tierra. Cuando los aventureros espaciales han superado los 50,5 años de viaje, alcanzando el punto de no retorno, es cuando se inicia la trama de esta miniserie.
Los aventureros espaciales son, en realidad, protagonistas forzados de un experimento sociológico, un verdadero reality show, en el que están observados durante las 24 horas de su vida. No hay intimidad para ellos, sus reacciones psicológicas, sus movimientos, sus palabras, todo, absolutamente todo, son observados desde la base del Proyecto Orión situada en el planeta Tierra… Todo discurre de manera más o menos normal en el interior del Arca de Noé espacial, hasta que se producen unos misteriosos asesinatos. Ya desde el final del primer episodio, el espectador se da cuenta de lo que está ocurriendo: nada es lo que, inicialmente, parece. Todo es, en realidad, un monstruoso experimento en donde, sus protagonistas no son más que cobayas… como en cualquier otro reality show. Decir más sobre el guión supondría revelar aspectos de la trama en los que esta miniserie basa su impacto.
“A FIN DE CUENTAS SON SÓLO SEIS EPISODIOS…”
El planteamiento nos pareció extremadamente original y aunque durante el primer episodio ya resultaba evidente que se iba a tratar de una serie de bajo presupuesto con un guión y unos diálogos no especialmente trabajados, unos actores, en general, de segunda fila con escasos recursos interpretativas, a pesar de lo claustrofóbico de la serie y de algún que otro problema que el espectador percibe desde el comienzo, a pesar de los pesares, cuando termina el primer episodio y se produce la “gran revelación”, el espectador queda enganchado para el siguiente. Y es, a partir de entonces, cuando la serie va decayendo y los golpes de efecto nunca consiguen hacerla remontar, aunque tampoco terminan de convencerle de las bondades del producto. “A fin de cuentas –piensa- se trata sólo de seis episodios”…
La idea de Ascensión partió de Philip Levens que, además del creador y guionista principal fue el productor ejecutivo. La serie se filmó en Montreal y se distribuyó en las televisiones por cable de Norteamérica. Para concentrar la atención de los espectadores, los seis episodios de la serie se emitieron en tres noches sucesivas. Hubo más críticas positivas que negativas, pero la serie no terminó de convencer ni a la audiencia, ni a los directivos de las cadenas, por lo que nunca veremos una segunda temporada que, de hecho, era imposible por las características del producto y dado que, agotada la sorpresa inicial, era difícil que los guionistas pudieran improvisar giros de gran calibre que sorprendieran al espectador.
INFLUENCIAS MUY DIVERSAS
Las influencias de esta serie son múltiples. Por un lado se perciben elementos conspiranoicos y paranormales propios de los Expedientes X, por otro, la trama, en los comportamientos y actitudes personales de los protagonistas enclaustrados en una nave espacial, remite casi involuntariamente a El Señor de las Moscas, la famosa novela de William Golding, también tiene una influencia directa de la novela de Robert Heinlein, Huérfanos en el espacio… pero, sin duda, el parecido más determinante es con el Gran Hermano, el reality show televisivo que va por su 17ª edición y sigue teniendo aceptación por parte de una fracción no desdeñable de público.
La interpretación no es lo más reseñable de la serie. Tricia Helfer llegaba a Ascension después de haber protagonizado Willer Women (2014), Tron: Uprising (2012-2013) y Battlestar Galactica (2004-2009). Gil Bellows (el rostro más conocido que aparece en la serie) asume el papel de hijo del científico que planeó el experimento y que lo prosigue cincuenta años después; recientemente lo hemos visto en la serie Testigo (2016), en CSI: Cyber (2015) y en películas concebidas para la pantalla grande como Dead Drew (2016) y si nos remontamos a unas décadas, lo vimos también en serie como Ally McBeal (1997-2002) y The Agency (2001-2003). En general, todos los actores son canadienses y salvo los mencionados, tienen historiales televisivos como actores de reparto en innumerables series y TV-movies producidas en EEUU y Canadá. Tal es el caso de Andrea Roth que asume el papel de “oficial médico” de la nave espacial.
BALANCE FINAL Y RECOMENDACIONES PARA LA AUDIENCIA
La serie se puede considerar una buena idea frustrada o, si se prefiere, un proyecto original que se quedó a medio camino. Pero vale la pena advertir la sorpresa inicial y, una vez vista, será difícil que el espectador, mediante un esfuerzo de voluntad casi sobrehumano, se resista a ver los cinco episodios siguientes. Todo dependerá del tiempo de ocio que dedique a teleseries y de lo saturada o huérfana que esté su agenda de nuevos productos televisivos.
Puede gustar a los consumidores de ciencia ficción que, sin duda, reconocerán en ella influencias muy diversas. Los habituales de los realitys, sentirán que están viendo un producto que les resulta familiar y que, incluso, puede sacarles de la mediocridad y la reiteración de las sucesivas ediciones del Gran Hermano. Y, finalmente, los espectadores que buscan planteamientos nuevos quedarán satisfechos en los primeros episodios, aunque luego ese interés vaya decayendo.
Ficha
Título original: Ascension.
Título en España: Ascension.
Temporadas: 1 (miniserie)
Duración episodio: 43 minutos (6 episodios)
Año: 2014.
Temática: Ciencia Ficción.
Subgénero: Experimento sociológico.
Tema: Una nave espacial lanzada en 1963 con varias familias y la misión de colonizar un planeta remoto llegan al punto de no retorno. Luego todo resulta ser diferente a lo que creíamos.
Actores: Tricia Helfer, Gil Bellows, Brian Van Holt, Andrea Roth, Brandon P. Campaña, Jacqueline Byers, Tiffany Lonsdale, PJ Boudousqué.
Lo mejor: la sorprendente idea de la serie inédita en la ciencia ficción.
Lo peor: la originalidad de la trama se agotó pronto.
Puntuación: 6,5
Web oficial en castellano: https://www.netflix.com/es/title/80029820
¿Cómo verlo?: Se emite a través de Netflix. Puede bajarse en versión original en programas P2P.
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