viernes, 11 de noviembre de 2016

Espías de Cambridge, aquellos chicos bien trabajaban para el KGB…


Fueron cinco, de los que cuatro alcanzaron la fama y el quinto consiguió el sueño de todo espía auténtico: pasar desapercibido durante los años que estuvo en activo. Los cinco trabajaron para el KGB: no eran mercenarios, creían en su trabajo y en que la URSS representaba los intereses del proletariado internacional y era la garantía de la paz mundial. Los cinco habían estudiado en la más elitista de las universidades inglesas, Cambridge. Todos eran hijos de familias pudientes o muy pudientes y habían constituido una especie de sociedad secreta –Los Apóstoles– durante los años 30. No militaban en el Partido Comunista, pero constituyeron en el Trinity College y en el King’s College, una red de informadores al servicio de la NKVD, precedente del KGB. El más audaz de todos ellos, Kim Philby, llegó a infiltrarse en la inteligencia británica y se convirtió, con el paso de los años, en uno de sus responsables. ¿Sus nombres? Además de Philby, Guy Burgess, Donald Mac Lean y Anthony Blunt. Estaban instalados en el Ministerio de la Guerra, el Palacio Real, el MI5 y el MI6. Faltaba el quinto hombre. Durante mucho tiempo se sospechó del filósofo Ludwig Wittgenstein o de Sir Roger Hollis. Luego se supo que era John Cairncross, cuya identidad solamente se conoció solamente en 1990. Esta miniserie va de los primeros cuatro espías. Es una pequeña obra de arte y la cinta mejor construida sobre este grupo de espías.




El episodio de los chicos de Cambridge que eran espías ha inspirado brillantes relatos de Graham Greene, de Carol Reed y de John Le Carré, que frecuentemente han sido llevados a la pantalla grande. The Third Man (1949, El tercer hombre), The Quiet American (1958, El americano impasible), Our Man in Habana (1959, Nuestro hombre en La Habana), The Human Factor (1979, El factor humano), The Honorary Consul (1983, Cónsul Honorario), The Tailor of Panama (2001, El sastre de Panamá), fueron algunas de las películas que extrajeron directamente la inspiración de las hazañas de este grupo de espías. Pero se trataba siempre de ecos lejanos. Ciertamente, en The human factor ya aparece la figura de Kim Philby. El mismo Le Carré  se había inspirado en la biografía de Philby para componer su famoso personaje George Smiley, cuya mejor traslación cinematográfica es, sin duda, Tinker Tailor Soldier Spy (2011, El topo), con Gary Oldman de protagonista. No existe en esta película una alusión directa a Kim Philby, pero es sobre él, y sobre las investigaciones que llevaron al descubrimiento de su traición, sobre lo que gira la trama. En lo que a miniseries se refiere, la que mejor enmarca la tarea de Philby y de sus compañeros dentro del espionaje que tuvo lugar en la Guerra Fría es, sin duda The Company sobre la historia de la CIA: Philby había logrado conectar con la cúpula del espionaje norteamericano y situarse en el entorno de uno de sus grandes popes, James Jesse Angleton. 

Pero Cambridge Spies está dedicada en exclusiva a los cuatro espías, desde el momento en que concluyen sus estudios en el Trinity College, hasta que aparecen sus primeros problemas. La serie es relativamente fiel a los episodios históricos que se sucedieron desde mediados de los años 30 y en los siguientes 20 años. Tom Hollander interpretada a Guy Burgess (al que, por cierto, no se parecía físicamente ni por asomo). La película, por supuesto, contiene elementos fantasiosos pero nos muestra como cuatro “chicos bien” tuvieron en jaque durante casi treinta años al MI5 y cuáles fueron sus interrelaciones personales. El protagonista indiscutible de la trama es Philby y, lamentablemente, abarca hasta la deserción de Burgess y Maclean en 1951 con la Guerra Fría en su primera fase. La parte sentimental ocupa un lugar destacado en la trama (y, seguramente este aspecto fue ganando terreno en las motivaciones de este grupo de agentes dobles, especialmente de Guy Burgess). Por su parte, Philby está interpretado por Toby Stephens. Al igual que Hollander, Stephens tiene una carrera cinematográfica bien asentada y ha prodigado sus intervenciones en distintas series televisivas. Su papel como “capital Flint” en la serie Black Sails (2014-hoy), le ha hecho famoso en todo el mundo. Había protagonizado algún episodio de la serie Poirot y también en Walking the Death (2005). Anthony Blunt, el más reservado de los espías de Cambridge, fue asumido por el actor Samuel West, otro habitual de la escena británica que, como los dos anteriores ha alternado presencia en la pantalla grande, en series televisivas y, especialmente, en teatro, esa insuperable escuela de actores. En lo que se refiere a Donald Maclean, el espía ligón, es Rupert Penry-Jones quien lo encarna. Se trata de otro rostro habitual en la escena británica que ha protagonizado miniseries como Burn Up (2008) y participado como actor de reparto en infinidad de productos televisivos. La combinación entre los cuatro actores es buena. Tienen química entre ellos y realizan un trabajo excepcional. Hollander es, de todos ellos, el que ha llegado más lejos (gracias a sus intervenciones en Piratas del Caribe [2007]). 


El guión tiende a destacar las interrelaciones entre los espías y el resaltar que, no solamente se trataba de una red de informantes al KGB, sino de amigos que compartían los mismos ideales y que, de paso, eran espías. Chicos de buena familia que no pestañearon al traicionar a su país. A pesar de esa amistad, se parecían poco entre sí: un conspirador en la sombra, un erotómano, un homosexual y un aventurero, difícilmente pueden encajar entre sí, salvo que les une un cemento muy fuerte. Ese cemento lo constituían sus ideales de juventud y sus simpatías comunistas que se fueron diluyendo con el paso de los años y con sus tránsitos y evoluciones personales. Blunt, por ejemplo, empezó a desvincularse a medida que logró hacerse cargo del mantenimiento de la pinacoteca real del palacio de Buckingham; Burgess, el homosexual, se muestra como una personalidad inestable, especialmente a causa de su alcoholismo creciente; Maclean, “Homer”, el hombre casado que fue el primero en ser identificado y debió huir poco antes de ser interrogado. Y, finalmente, Philby, “Stanley”, el que se mostró más letal de todos ellos que costó la vida a decenas de agentes ingleses en los Balcanes. En sus encuentros, en sus reuniones, en su círculo de amistades, la tensión sexual entre ellos está muy presente. Forman una red, pero también se observan unos a otros, se aprecian pero tienden a desconfiar cuando alguno de ellos muestra algún signo de debilidad. 

La miniserie fue muy bien acogida por la crítica y recibió tres nominaciones a los premio BAFTA de 2003. No es por casualidad que una de estas nominaciones fuera a la mejor fotografía. Su calidad es excepcional, tanto como la ambientación o la calidad de los guiones. Se le puede reprochar el que la serie hubiera podido extenderse uno o dos capítulos más. Termina demasiado abruptamente y nos queda la duda de cómo se desarrollaron las vidas de los cuatro protagonistas con posterioridad a 1951, cuando son descubiertos Maclean y Burgess. 

La serie es recomendable, no solamente para los habituales al género de espionaje y para los que se interesan por todos los aspectos históricos de lo que fue la Guerra Fría, sino también para los amantes de las películas de suspense. Gustará a todos aquellos que sienten particular atracción por las series británicas. La serie es entretenida de ver, no requiere ningún esfuerzo especial, salvo el estar atento para no perder los detalles. Realizada de manera extremadamente pulcra y detallista, se puede perdonar a los guionistas el que, de tanto en tanto, den vuelos a su imaginación. Lo esencial del contexto es, rigurosamente, histórica y demuestra, por sí mismo, una vez más, que la realidad es, con frecuencia, mucho más sorprendente que la ficción.


FICHA:

Título original: Cambridge Spyes 
Título en España: Espías de Cambridge
Temporadas: 1 (miniserie de 4 episodios)
Duración episodio: 60 minutos
Año: 2003
Temática: Thriller 
Subgénero: Espionaje
Actores principales: Tom Hollander, Toby Stephens, Rupert Penry-Jones, Samuel West, Stuart Laing, John Light.
Lo mejor: el estudio de la psicología de cada uno de los espías protagonistas
Lo peor: el bombardeo de Guernica
Puntuación: 8
Clip (tema musical de la serie): https://www.youtube.com/watch?v=-iSzwL8wD0E

¿Cómo verlo?: Puede adquirirse en DVD y BlueRay. También pueden bajarse mediante programas “peer two peer” y los episodios están colgados en youTube.

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