lunes, 22 de septiembre de 2025

Sigue volando (Fly On / Hotsureru / La Mélancolie) de Takuya Katô


Ficha Técnica

Elementos

Detalles

Título original

Hotsureru (japonés) / Fly On

Título en español

Sigue volando

Director y guion

Takuya Katô

Música

Eiko Ishibashi

Fotografía

Shota Nakajima 

Reparto principal

Mugi Kadowaki (Watako), Shôta Sometani (Kimura), 

Kentarô Tamura, Haru Kuroki, Kanji Furutachi, Sei Andô,  

Género

Drama, Romance 

Duración

~ 83 minutos 

País - Coproducción

Japón, Francia

Estreno 

En Japón en 2023. 

España se estrenará el 26 de septiembre de 2025.

Premio Luna de Valencia en Cinema Jove 2024. 


Sinopsis

Watako vive una doble vida emocional. Aunque está casada, mantiene una relación con Kimura, su amante. Cuando Kimura muere repentinamente en un accidente de tráfico en Tokio, Watako decide enterrar ese trauma y regresar a la vida con su marido, guardando silencio sobre lo ocurrido. A pesar de mantener una fachada de normalidad, los sentimientos reprimidos, la culpa y el dolor comienzan a resurgir. Watako se da cuenta de que su vida ya no será la misma, y debe enfrentarse, poco a poco, a sus conflictos internos, sus decisiones pasadas, y a la verdad que tanto ha evitado.


Introducción a 5 escenas clave

Secuencia de apertura en el aeropuerto

La película empieza con Watako sola, mientras escuchamos una voz masculina en off, no queda claro si es la de su marido o el amante. Este inicio plantea ya la ambigüedad, la negación, el desorden interno. 

Descubrimiento / Reencuentro con la vida cotidiana después del accidente. El momento en que Watako vuelve a casa con su marido, reanuda rutinas. Se vislumbra la tensión entre lo que fue su vida hasta ahora y lo que ya quedó atrás. Este tipo de escena cotidiana (la casa, la familia, gestos pequeños) permite ver cómo se construye la apariencia de normalidad. 

Flashbacks o aparición de memorias de Kimura. En distintos momentos, recuerdos del amante aparecen, lo que obliga a Watako a confrontar lo que creía enterrado. Esas evocaciones sirven para mostrar que el duelo no puede mantenerse oculto.

El enfrentamiento emocional / conversación decisiva. Un punto de quiebre donde los silencios ya no bastan, donde Watako debe dialogar  con alguien (su marido, su amiga, o su propia conciencia) sobre lo que ha evitado. Esa conversación es clave para su proceso de aceptación. 

Final / epílogo abierto. Katô menciona que el final es ambiguo pero más bien optimista: Watako comienza a asumir su dolor, a hacerse cargo, preocupándose por su vida, aceptando que ya no puede seguir como si nada. Esa escena de cierre dan la sensación de que algo cambia, aunque no todo está resuelto.

Lo que funciona

Sensibilidad en el tratamiento del duelo y la culpa: Katô logra retratar de manera muy humana cómo una persona se comporta cuando intenta ignorar su dolor, entre guardar silencio y la necesidad de expresarse. 

Estilo visual contenido: la puesta en escena es sobria, se mantiene cierta distancia con Watako; pocos primeros planos, lo que refuerza la idea de que la protagonista está distante de sí misma.

Diálogos precisos, actuaciones creíbles: los actores principales están muy bien. Todo se hace a través del gesto, del silencio, de lo que no se dice. 

Ambigüedad y reflexión: el espectador es invitado a pensar, a enfrentarse con preguntas sobre la comunicación, la identidad, la responsabilidad emocional. 

Ambientación cultural: el filme refleja bien ciertos rasgos de la sociedad japonesa contemporánea: la contención, la forma de guardar las apariencias, el sentido del deber hacia la pareja, el silencio como norma. 

Lo que flojea / Debilidades

Ritmo lento / poca acción narrativa: por lo que se describe, el filme se apoya mucho en momentos contemplativos, silenciosos.

Ambigüedad que puede resultar frustrante: el hecho de que ciertas relaciones o sentimientos no se expresen explícitamente puede dejar al público con más preguntas que respuestas. 

Menos variantes externas: casi todo gira alrededor de Watako, sus relaciones íntimas, su mundo emocional; hay poca incorporación de lo que podría ser contraste externo o un conflicto mayor en el entorno fuera del núcleo cercano. 

Dependencia del espectador para leer entre líneas: dado el estilo con mucho silencio y gestos, la película demanda una participación activa del espectador; si no se está dispuesto a eso, la experiencia puede parecer fría o superficial.

Anécdotas de rodaje y estrenos

Takuya Katô escogió personalmente al reparto entre actores del cine de autor japonés contemporáneo.

Katô viene del teatro, y desarrolló el personaje de Watako en paralelo para una obra de teatro, antes de hacer la película. En esa obra, algunos elementos del personaje y su sensación de culpa se tocan de forma distinta. 

En una entrevista, Katô comenta que quería reflejar cómo en la sociedad japonesa actual hay una tendencia a "mirar hacia otro lado", negar lo evidente, reprimir emociones, no hablar de lo que duele. El personaje de Watako y su negación son la manifestación de esa idea. 

Fue galardonada como Mejor Largometraje en Festival Cinema Jove (Valencia) con el premio Luna de Valencia.  


Hablando de la película... 

En conjunto, Sigue volando es una obra muy recomendable para quienes gustan de cine introspectivo, de dramas que no buscan lo llamativo sino explorar lo interno, lo que se calla. Su mayor mérito es lograr conmover sin estridencias, usando silencios, espacios, miradas, para hablar de culpa, pérdida y aceptación.

Si tuviera que darle una calificación subjetiva, diría que su punto fuerte es la coherencia entre forma y fondo: todo en ella (dirección, fotografía, actuación) refuerza el tema del duelo, la negación, la distancia emocional. Si alguien no está acostumbrado a un cine pausado, podría encontrarla un poco lenta, pero eso no le resta valor si se aborda en el ánimo adecuado.


Dado que soy una fan de las películas japonesas actuales y su forma de entender la vida y las relaciones sociales. Me llama la atención el tema de los anillos entre los amantes


El detalle de los anillos en Sigue volando es muy significativo dentro de esa forma japonesa de narrar las relaciones, donde un objeto cotidiano adquiere un peso simbólico enorme.

  • El anillo matrimonial en Japón (como en Occidente) simboliza el deber y la estabilidad, la fachada de familia bien asentada.
  • El anillo de los amantes —en este caso, el que comparte Watako con Kimura— funciona como un símbolo paralelo, un pacto secreto que representa no la obligación social, sino el deseo, la intimidad y la vulnerabilidad compartida.

Lo interesante es que Katô utiliza este objeto como puente entre las dos vidas de la protagonista:

  • Llevarlo o no llevarlo se convierte en un gesto de afirmación o de negación de la relación.
  • Tras la muerte de Kimura, el anillo ya no es solo un recuerdo, sino un recordatorio físico del peso de la culpa, de la imposibilidad de borrar lo vivido.
  • En la cultura japonesa, los objetos personales (anillos, collares, pañuelos) suelen tener un valor espiritual o emocional más allá de lo material, algo cercano al concepto de mono no aware (la belleza de lo efímero). El anillo se convierte así en un “resto” tangible de una relación que solo pervive en silencio.

Me recuerda a cómo, en otras películas japonesas recientes (Drive My Car, Love Life), los objetos íntimos —una cinta de casete, una partitura— son la manera en que los personajes gestionan pérdidas y ausencias. En Sigue volando, el anillo es ese “fantasma” silencioso que acompaña a Watako aunque intente reanudar la normalidad con su marido.


Uno de los nudos dramáticos más intensos de la película: la intervención del padre del amante. Ese momento encierra varias capas muy japonesas en cuanto a moral, deber y transmisión de responsabilidades:

  • El padre como figura de continuidad y dignidad familiar
    En la cultura japonesa, la familia y el linaje pesan mucho más que el individuo. Cuando el padre de Kimura descubre la relación, siente que no puede cargar él con ese secreto porque supondría comprometer no solo su conciencia, sino también la imagen de su hijo y la memoria familiar.
  • La transferencia de la culpa
    Lo que hace es “devolver” la carga a Watako: si ella se relacionó con su hijo y ahora él ha muerto, le corresponde a ella hacerse cargo de ese pasado. No es un reproche directo, sino más bien una delegación moral: “tú debes llevar este peso, no yo”.
  • La paradoja del silencio
    Lo interesante es que no le pide hacer público el secreto (lo que sería un escándalo), sino asumirlo internamente. Es decir, no “resolverlo” en sentido occidental (confesión, catarsis, liberación), sino hacerse responsable de que siempre existirá y convivirá con ella. Eso refleja la forma japonesa de entender la responsabilidad: no se borra, se arrastra.
  • Simbolismo narrativo
    El padre aparece casi como un juez o guardián que le recuerda a Watako que la negación no basta. Ese encuentro refuerza el tema central de la película: puedes intentar ocultar un duelo o una pasión, pero tarde o temprano alguien te pedirá que te hagas cargo de él.

Esto conecta con la tradición de cine japonés donde los mayores interpelan a los más jóvenes (piensa en Ozu, Kore-eda o incluso Hamaguchi) y funcionan como portavoces de la memoria y de la responsabilidad colectiva.

Diría que esta escena es la que más diferencia a Sigue volando de un simple drama de infidelidad: convierte un asunto íntimo en un dilema moral y social, porque ya no es solo la relación secreta de dos personas, sino un legado que alguien debe cargar.


Rasgos de la cultura japonesa con el Duelo


El duelo silencioso en Japón

En la sociedad japonesa, el dolor privado muchas veces no se verbaliza. Existe la idea de que las emociones intensas deben gestionarse hacia adentro, para no perturbar la armonía social.

El concepto de gaman (aguantar, resistir sin quejarse) atraviesa muchas situaciones vitales: soportar la carga sin mostrarla.

Así, Watako mantiene una fachada de normalidad, cumpliendo con su rol de esposa y mujer “correcta”, aunque por dentro esté desgarrada.


El silencio como forma de respeto

En Japón, no hablar del amante muerto puede verse como una manera de proteger tanto la memoria de él como la dignidad de su familia.

Revelar la relación sería, en cierto modo, manchar su recuerdo y romper el orden social, de ahí que ella opte por callar.


El mono no aware (la belleza de lo efímero)

Hay un trasfondo estético-cultural: el dolor por lo que desaparece no se exhibe, sino que se contempla en silencio, como cuando se mira una flor de cerezo caer.

Watako, en ese sentido, asume que su amor fue efímero y clandestino, y lo llora de manera íntima, sin buscar reconocimiento social de esa pérdida.


La soledad como destino inevitable

En el cine japonés contemporáneo (Drive My Car, Love Life, Asako I & II), el duelo se muestra como un viaje más interno que colectivo.

Mientras que en Occidente solemos esperar la catarsis, la confesión y el apoyo social, en Japón se subraya la soledad del dolor y el deber de cargarlo uno mismo.


Por eso Sigue volando es tan japonesa en su tratamiento del duelo: Watako no busca liberación a través de la palabra, sino que se enfrenta al reto de convivir con un dolor que nadie más reconocerá. Ese silencio no es solo represión: también es fidelidad a lo vivido y una manera de honrarlo sin exponerlo.








Amor DiBó

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