Seguramente usted no habrá visto Deception. Incluso es probable que ni siquiera haya oído hablar de ella. De hecho, no existen rastros de que la serie haya sido emitida en canal alguno en España. Si la traemos a colación en este blog es precisamente como muestra de hasta qué punto se puede malograr una serie y como ejemplo de que, incluso las grandes cadenas, de televisión con sus rutilantes show-runners, caza-talentos y husmeadores de éxitos, a veces, meten la pata hasta el remo o bien, simplemente, no saben sacar adelante una serie que lo tenía casi todo para “funcionar”. Deception no es una serie de suspenso hacia abajo, sino que, simplemente, lo peor que se le puede achacar es su intrínseca mediocridad y el que haga honor a su nombre: decepcionante.
LAS SERIES AMERICANAS VENCEN SIEMPRE: POR ACUMULACIÓN
Los EEUU no fueron el primer país que emitió programación regular en televisión, pero sí la potencia que más ha apostado por las series. Es posible que en estos momentos, en el territorio de los EEUU se produzcan anualmente un centenar de series nuevas o de temporadas de series ya consagradas. No podemos decir cuántos episodios-piloto se filman y se quedan en el camino después de constatar la decepción de los espectadores o que ni siquiera llegan a proyectarse. Estaríamos hablando de una cifra aproximada a los dos centenares. Resulta inevitable que ante esta acumulación, de tanto en tanto, se celen algunas que se sitúen por encima de la mediocridad general e incluso que, una por temporada (o acaso dos, en épocas de bonanza) alcancen el nivel de la genialidad.
En EEUU no se repara en gastos cuando se apuesta por algo. Si usted ve que una serie está cuidada desde los títulos iniciales y sus primeras escenas denotan derroche de medios, puede estar seguro de que se tratará de una serie con ambiciones y que probablemente –sólo probablemente- vaya a resultar inolvidable. Los seriéfilos debemos estar, pues, atentos a todo lo que se produce porque sabemos que, antes o después, los yanquis acertarán. Deception es una de esos peajes que debemos pagar hasta que encontramos la serie que merece nuestra atención.
Los estadounidenses imponen sus productos por acumulación: de 100 series sabemos que una, como mínimo, será genial. Otras 5 aceptables; acaso otras 10 tolerables y el resto irrelevantes (probablemente unas 20 más) y el resto deleznables. Deception pertenece al paquete de las irrelevantes: series que no están mal hechas, pero que, especialmente, contienen grandes defectos de guionización y/o falta de originalidad.
DECEPTION COMO SINTOMA
Los guionistas dan al público norteamericano lo que éste les pide. Mejor dicho, lo que está implícito en la cultura pop de los EEUU. Por ejemplo, los ricos en la óptica calvinista son aquellos que han sido bendecidos por dios con una fortuna gracias a su vida justa y ejemplar. Así pues, los norteamericanos gustan ver mansiones lujosas, coches de dimensiones similares a portaviones y sobredosis de glamour. El espectador medio, incluso el pobre diablo arrojado al fondo de un gueto, tiene esa visión en mente como quintaesencia de la felicidad. Y eso es lo que les muestra Deception (como antes había mostrado Dallas [1978-1991], Falcon Crest [1981-1990] o incluso series más pedestres como El príncipe de Bel-Air con la casa del “tío Phil”.
Pero, claro, cada vez más norteamericanos revisan estas concepciones calvinistas y terminan por dudar de ellas: las estafas bursátiles, las figuras de los grandes inversores, que, finalmente, resultaban ser piratas con el sable de abordaje entre los dientes, psicópatas de las finanzas y depredadores del pequeño inversor, bastan por sí mismas para renunciar al calvinismo. De ahí que siempre, series como ésta recuerden que dentro de “los ricos” existen malas hierbas que deben ser podadas, secretos inconfesables que generen a esa casta de privilegiados problemas y tensiones insoportables. Así, quien no pertenece a esta casta se siente satisfecho sabiendo que “los ricos también lloran” o que “no es oro todo lo que reluce” y terminan con el consabido “fucking you” que en este caso equivaldría al carpetovetónico “que se jodan”. La serie Deception fue concebida según estos parámetros: después de ver a una familia de potentados, desmigajarse, pelearse entre sí, esto es lo último que le queda al espectador desde el gueto o desde el suburbio más alejado.
UNOS BROCHAZOS SOBRE LA IRRELEVANCIA
“Vivian Bowers”, niña bien de familia rica, aparece muerta en un miserable motel. Todo indica que se ha chutado una sobredosis. Y en esto que la que había sido su mejor amiga en la adolescencia y que ahora resulta ser policía, “Joanna Locasto” que ha terminado siendo agente del FBI, se presenta como voluntaria para descubrir al autor. Para ello reemprende relaciones con la familia, que la acoge en su casa, la contratan para un puesto de confianza y poco a poco va jalando del hilo que llevará descubrir todas las miserias de aquella familia tan respetable como podrida de dólares. Tal es el argumento que no resulta ni mejor ni peor que otros. Obviamente, se trata de una película de policía busca a asesino – policía encuentra a asesino. Y este es el problema: demasiado tópico; hemos visto reproducido este esquema tantas veces que para impresionarnos tiene que haber algo que logre atrapar nuestra atención, hipnotizarnos ante el plasma y en el momento en el que aparecen los créditos finales ansiar ver el episodio siguiente.
El primer episodio deja indiferente por mucho que los actores cumplan, la fotografía sea aceptable y el ritmo narrativo correcto. Aun sin ser una maraville, cumple y uno está tentado de ver el episodio segundo. Al cabo de poco rato se da cuenta de que el argumento es absurdo, las situaciones completamente inverosímiles, los actores desaprovechados y el guión hecho con influencias demasiado evidentes como para que otras series no pidan royalties: es, como si dijéramos, un remix de Dallas con Twin Peaks (1990-1991) y una pizca de The Killing (2011-2014) y, si se nos apura hasta de Pretty Woman. Y todo a la batidora. Lo más increíble es que a la vista del resultado final, los padres de la serie se reafirmaran en su voluntad de bautizarla con el nombre de Deception que ha hecho las delicias de los críticos de todo el mundo.
SOBRE LOS ACTORES: SUFRIDOS ACTORES
El papel estelar corresponde a Meagan Good, sofisticada actriz afroamericana con un amplio historia televisivo casi siempre en papeles de reparto. Solamente ha actuado como protagonista, además de en Deception en la serie Minority Report (2015). Su historial en la pantalla grande abarca más de treinta intervenciones como actriz de reparto. Aquí actúa como agente infltrada del FBI.
Todos los miembros de la “familia millonetis” son rostros conocidos ampliamente: Tate Buckley Dnovan viene paseándose por los platós desde los años 90. Su primera película relevante fue Menphis Bell (1990) como relevantes han sido sus amoríos con Sandra Bollock y Jenifer Aniston. El patriarca de la familia, Victor Garber lo recordaremos de Titanic (1997) y como actor de reparto en decenas de series, desde Ley y Orden (1990-2010) hasta Frasier (1993-2004) y desde Alias ([2001-2006] en la que era protagonista) hasta Dieppe ([1993-1994] en donde asumía el rol de Lord Mountbatten).
Se trata, pues, de actores reconocidos a los que no cabe culpabilizarlos de lo frustrante de la serie. Cabría decir aquello de “que buen reparto si hubiera buen guión”.
RECOMENDACIONES FINALES
La serie fue anulada al no superar el 1,1% de audiencia. Aún así la serie puede resultar recomendable para aquejados de insomnio y de otros trastornos del sueño. Puede ser utilizada como indicativo del estado de la cultura norteamericana e incluso el que haya superado el estadio de boceto y haya llegado a filmarse nos puede decir mucho sobre la industria del cine en aquel país. Insistimos, no es que la serie sea una chapuza, es que carece de atractivos, es plana en su desarrollo, de las que se suele decir que los guionistas no se han esforzado. Puede causar alguna satisfacción a quienes sean adictos a las series policiales y atraviesen una temporada de sequía y estén a la espera de nuevos estrenos. También a un público poco exigente que se conforme con poco.
Ficha
Título original: Deception.
Título en España: El engaño.
Temporadas: 1 (11 episodios)
Duración episodio: 40 minutos
Año: 2013.
Temática: Thriller.
Subgénero: Intriga.
Tema: La muerte de una amiga de la infancia induce a una policía a infiltrarse en el ambiente familiar y social de la fallecida para tratar de esclarecer responsabilidades.
Actores: Megan Good, Laz Alonso, Tate Donovan, Wes Brown, Katherine LaNasa Ella Rae Peck, Victor Garber, Mari Hinkle.
Lo mejor: no es particularmente pesada.
Lo peor: no aporta novedades, ni tensión, demasiado plana.
Puntuación: 5
Web oficial en inglés: http://www.nbc.com/deception?nbc=1
Web oficial en España:
¿Cómo verla?: A través de programas P2P en VO. Los subtítulos pueden encontrarse en http://www.subdivx.com/
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