Pues sí, queridas amigas, comprimir y martirizar a nuestros pies dentro de unos zapatos de tacón tiene su recompensa.
Quién nos iba a decir que gracias a estos instrumentos de tortura nuestra vida sexual se vería recompensada, y no sólo por lo mucho que atraen a los hombres unas piernas izadas en tamañas alturas, o por el inmenso placer que sentimos en el mismo instante en que nuestros pies se liberan de su prisión y los dedos vuelven a tener sangre circulando por ellos.
Además de todo lo anterior, que ya es mucho, un nuevo dato viene a reforzarnos en el uso de los susodichos tacones. No es otro que un estudio realizado por la uróloga italiana María Cerruto en un grupo de 66 mujeres menores de 50 años, tras el cual la doctora afirma que el uso continuado de zapatos de tacón de una altura de 5 cm. logra mejorar la actividad de los músculos pélvicos, lo que tiene como resultado una mayor fuerza y una mayor habilidad de contracción de los mismos.
Todo ello no sólo contribuye a mejorar la vida sexual y el grado de satisfacción de la misma, sino también a prevenir problemas de salud derivados de la vejiga, el intestino grueso y el útero.
La noticia es genial para las adictas a este tipo de calzado, pero no olvidéis que estos beneficios se pierden a medida que la altura del tacón aumenta. Vamos, que 5 cm. son positivos para la salud pero 10 cm. o más son nocivos para nuestro cuerpo. Con esta altura todo el organismo sufre y se resiente, ya que mantener la postura forzada del pie, al que nos obligan esos tacones, exige al resto del cuerpo que se amolde a un nuevo equilibrio. En el menor de los casos favorecerá la aparición de dolorosos juanetes, preocupación menor si tenemos en cuenta el daño que esta costumbre puede ocasionar a nuestras rodillas, caderas y en la columna vertebral.
Ya sabéis, fans de las alturas, en la moderación radica el éxito, y en este caso, la salud.
Quién nos iba a decir que gracias a estos instrumentos de tortura nuestra vida sexual se vería recompensada, y no sólo por lo mucho que atraen a los hombres unas piernas izadas en tamañas alturas, o por el inmenso placer que sentimos en el mismo instante en que nuestros pies se liberan de su prisión y los dedos vuelven a tener sangre circulando por ellos.
Además de todo lo anterior, que ya es mucho, un nuevo dato viene a reforzarnos en el uso de los susodichos tacones. No es otro que un estudio realizado por la uróloga italiana María Cerruto en un grupo de 66 mujeres menores de 50 años, tras el cual la doctora afirma que el uso continuado de zapatos de tacón de una altura de 5 cm. logra mejorar la actividad de los músculos pélvicos, lo que tiene como resultado una mayor fuerza y una mayor habilidad de contracción de los mismos.
Todo ello no sólo contribuye a mejorar la vida sexual y el grado de satisfacción de la misma, sino también a prevenir problemas de salud derivados de la vejiga, el intestino grueso y el útero.
La noticia es genial para las adictas a este tipo de calzado, pero no olvidéis que estos beneficios se pierden a medida que la altura del tacón aumenta. Vamos, que 5 cm. son positivos para la salud pero 10 cm. o más son nocivos para nuestro cuerpo. Con esta altura todo el organismo sufre y se resiente, ya que mantener la postura forzada del pie, al que nos obligan esos tacones, exige al resto del cuerpo que se amolde a un nuevo equilibrio. En el menor de los casos favorecerá la aparición de dolorosos juanetes, preocupación menor si tenemos en cuenta el daño que esta costumbre puede ocasionar a nuestras rodillas, caderas y en la columna vertebral.
Ya sabéis, fans de las alturas, en la moderación radica el éxito, y en este caso, la salud.
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