martes, 6 de diciembre de 2016

Baron Noir o las miserias de la política francesa


¿El protagonista? Un político socialista “de raza” (de los que se lo creen, y de paso se benefician de su creencia). ¿La trama? Los entresijos de la política francesa. ¿Arranque? La primera vuelta para las elecciones presidenciales. ¿Creíble? Hasta cierto punto. ¿Resultado final? Abre un poco más la brecha entre la “Francia oficial” y la “Francia real” cuya existencia estableció hace un siglo Charles Maurras. Indica que los franceses –como los españoles, como los italianos, como los alemanes- no aprecian mucho a su clase política. ¿Lo inevitable? Realizar las comparaciones con la situación política española. Tal sería lo mínimo que puede decirse sobre esta serie francesa todavía no estrenada en España y que, antes o después, Movistar+ lanzará. La serie pertenece a lo que puede llamarse thriller político y ha sido definida como la “mejor serie francesa sobre temática política jamás realizada” (Le Monde) ¿Es así?

UN PUNTO DE PARTIDA POCO CREÍBLE

Un alto cargo socialista del departamento del Norte-Paso de Calais, concejal del ayuntamiento de Dunkerke, implicado en una operación de financiación ilegal, hace desaparecer pruebas para evitar que la sigla del Partido Socialista se vea comprometida en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas. Empecemos por lo más improbable: en la actualidad nadie da dos euros ni dos francos, por una candidatura socialista, ni en Francia, ni en prácticamente lugar alguno de Europa.



Pensar que un candidato socialista se medirá en las próximas elecciones presidenciales francesas con un candidato de centra-derecha es desconocer lo que está ocurriendo en la política francesa: que François Hollande (equivalente al Zapatero francés) no se presentará a la reelección, entregando los trastos a su ministro del interior, Manuel Valls, para que sea a él a quien pille el toro: el toro se llama Marine Le Pen y lleva la divisa del Front National. En el momento de escribir estas líneas, las encuestas de opinión auguran el paso a la segunda vuelta de una candidatura, Marine Le Pen y en ningún sondeo de opinión aparece socialista alguno para competir con ella. A partir de ahí, el realismo político de la serie se percibe de una manera mucho más disminuida: estamos, más bien, ante una serie de política-ficción que satisfará a los socialistas franceses a falta de satisfacciones en la política-real. Pero cualquier parecido de esta serie con la realidad política francesa es pura coincidencia.

Y esto nos recuerda lo que ya dijimos al comentar la serie Marseille en la que Depardieu era alcalde de esa ciudad. En el escenario político francés ya no es creíble una serie política en la que el Front National no aparezca… especialmente anclada en la ciudad de Marsella en donde la formación de Marine Le Pen es la primera de la ciudad. Y otro tanto puede decirse de las elecciones presidenciales. Da la sensación de que cuando se encarga la serie a los guionistas de Marseille o de Baron Noir todavía tienen miedo de reflejar una realidad incómoda: existen nuevas fuerzas políticas y aludir al “socialismo” empieza a ser casi un arcaísmo a la vista de la situación de decrepitud del socialismo europeo. Casi cabría recordar aquel refrán español de “al perro viejo todo se le antojan pulgas”.

DOS CONCEPCIONES DEL SOCIALISMO

La serie nos muestra algo que también pertenece al pasado: las luchas entre dos concepciones del socialismo, el que podríamos llamar “reivindicativo” o tradicional, y el de “gestión” o pragmático. El primero está representado en la serie por el combativo concejal “Philip Rickwaert” (interpretado por el actor cómico Kad Merad que aquí ofrece una actuación intensa y dramática). Se trata de un tipo que, como suele decirse, “se parte el pecho por los obreros”, por su propio partido y, claro está por él mismo. Es de los que viven intensamente las huelgas y las reivindicaciones obreras como en los años 60 ó 70, (para el espectador apolítico de 2016 ciertos sabotajes le parecerán casposos, graciosos y ridículos). Tiene su “parroquia” política y es un peso pesado –un barón- del partido socialista en el Norte. Pero, dentro de su propio partido está el candidato oficialista “Francis Laugier” (Niels Arestrup) que, finalmente, vence en la campaña electoral. “Laugier” es un político oportunista, maniobrero, pragmático y poco dado a dogmatismos que, para evitar complicaciones, se ve obligado a cortar puentes con “Rickwaert” a raíz de un feo asunto de financiación ilegal de actividades sindicales con dinero público. La venganza del concejal levantisco será terrible.



Socialismo de toda la vida, frente a socialismo adaptacionista, tal es el planteamiento que realiza la serie… algo que era actual hace veinte, quizás incluso hace treinta y cinco años; no ahora. Lo vimos en España entre la pana y el estilo demagógico de los Alfonso Guerra y el fino estilismo de los Boyer (que la tierra le sea leve) y de los Solchaga (aquel ministro de economía del socialismo de los 80). No hay nada nuevo bajo el sol, pero presentar una “serie política” como de “palpitante actualidad” cuando refleja la situación que vivieron los partidos socialistas europeos en los años 70 y 80 y de la que no queda absolutamente ningún rastro desde 2008, es, como mínimo, un error de guionización imperdonable.

UNA SERIE DE POLÍTICA-FICCIÓN DISEÑADA COMO UN THRILLER

Con todos los errores de partida que se quiera, la serie resulta agradable de ver, entretenida y ágil. Revela, más que intimidades del Partido Socialista francés, la forma en que se hacen las cosas en política en toda Europa. No es, seguramente, por casualidad, que en casos de corrupción, siempre “el marrón” terminen por “comérselo” personajes secundarios en la trama. Solamente en Italia, la Operación Manos Limpias logró sacar a la superficie las vergüenzas de las direcciones de los grandes partidos (especialmente del socialista con Craxi y de la Democracia Cristiana que, se volatilizaron al punto) tal como nos contó la serie italiana 1992. El hecho de que el “hombre de paja” implicado en la trama de corrupción de Baron Noir se suicide al comprobar que el partido en el que creía, simplemente, lo ha sacrificado, es una reacción extrema y poco usual, como extremo es el deseo de venganza del diputado “Rickwaert”. Es política ficción, no se olvide. En la mayor parte de los casos, el chivo expiatorio asume gustoso su papel a cambio de alguna compensación y el diputado levantisco se calma con una patada para arriba (que habitualmente es un acta de diputado en Strasburgo).



La serie es amena y, sobre todo, dinámica. Está concebida como thriller y, por tanto, es trepidante, poco convencional y en todo momento agitada, casi hasta lo convulsivo. En Francia, emitida por Canal+, ha sido muy bien acogida y ha registrado buenos índices de audiencia. Emitida en el Reino Unido, The Guardian, la calificó como una simbiosis entre Los Soprano y House of Cards, lo que parece excesivo porque refleja la actividad de individuos que son mucho más que una banda mafiosa de barrio y mucho menos que pasar revista a la moralidad de la Casa Blanca. Así que no vayamos tan lejos en el repertorio de elogios. Digamos más bien que es una serie hecha para entretener y, el hecho de que discurra sobre un trasfondo político es casi accidental y, seguramente, para aprovechar la proximidad de las elecciones presidenciales francesas en marzo de 2017, cuando, por cierto, se emitirá la segunda temporada.

Gustará a los que requieren ver series endiabladamente rápidas e intensas. Yo no la recomendaría mucho a electores o militantes socialistas, salvo que sean masoquistas de los de “dame un capón y disfruta”. No estoy muy seguro de que sea una serie adaptada para los que se interesan por la política, porque estos encontrarán agujeros en el guión. Digamos más bien que convendrá y satisfará a todos los que quienes ver acción en el plasma, que se niegan a dormirse ante el televisor vencidos por largos diálogos y planos que se eternizan. Ayuda el hecho de que el reparto esté compuesto por actores franceses de primera línea.
Problema: a fecha de hoy no ha sido emitida por ningún canal nacional. Si la hemos comentado es precisamente porque su calidad induce a verla lo antes posible: en versión original subtitulada puede encontrarse por los procedimientos habituales.




Ficha

Título original: Baron Noir.
Título en España: Baron Noir.
Temporadas: 1 (8 episodios – 2ª temporada a entrenar en 2017)
Duración episodio: 55 minutos
Año: 2016.
Temática: Thriller.
Subgénero: Político.
Tema: Un candidato socialista de Nord-Calais se considera traicionado por su jefe político y emprende una venganza.
Actores:  Kad Merad, Niels Arestrup, Anna Mouglalis, Astrid Whettnall, Hugo Becker, Scali Delpeyrat, Michel Muller, Jean-PierreMartins, Michel Volta, Erika Sainte, 
Lo mejor: la descripción del ambiente político francés…
Lo peor: …el ambiente político francés descrito.
Puntuación: 7,5
Web oficial en francés: http://baronnoir.canalplus.fr/
Trailer en francés: https://youtu.be/-Jffw5-t0PcY
Making of en francéshttps://youtu.be/aytcQx_6_BU

¿Cómo verla?: No ha sido emitida en España. Se puede obtener en versión original a través de programas P2P. Los subtítulos pueden bajarse en http://www.subdivx.com/

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