viernes, 25 de noviembre de 2016

Los intocables, cuando Elliot Ness era Robert Stack


Se la ha definido a Los intocables como el mejor cine negro que se ha proyectado en televisión. La afirmación puede parecer exagerada pero, en nuestra opinión, se aproxima a la realidad y es rigurosamente cierta hasta que terminó el milenio. Producida por Desilu, la empresa creada por aquel matrimonio tan genial como mal avenido formado por Lucille Ball y Desy Arnaz (véase Te quiero Lucy) y emitida, inicialmente, por la cadena ABC, la serie tuvo un éxito internacional y no fue superada hasta que ya iniciado el milenio aparecieron productos filmados con una calidad muy superior y unos argumentos cuidados y adaptados al nivel de comprensión de la audiencia (a lo True Detective o a lo Boardwalk Empire) muy diferente a la de hace medio siglo. En España se proyectó a partir de mediados de los años 60 y recibió el apoyo y el interés unánime de la opinión pública.

HISTORIA Y REALIDAD DE LOS INTOCABLES

La serie, al menos inicialmente, está basada en las memorias escritas por el Elliot Ness, policía que realmente existió. El auténtico Ness era un tipo tosco, peinado con una inoportuna raya en medio de su pelo engominado, de orígenes familiares noruegos. Ingresó en 1926 en la “Oficina de Investigación” precedente del FBI y en 1929 fue encargado en de acabar con Al Capone. Para ello se le dio la dirección de un grupo de agentes (primero 50, luego 15 y, finalmente, 11) que recibieron el nombre de “los intocables” (equivalente, más o menos, a incorruptibles). En pocos meses destruyó un millón de dólares en alcohol ilegal (luego se bebería una cantidad similar o poco menos). Fue el primero en utilizar sistemáticamente las escuchas telefónicas para sus investigaciones. Ness no tardó en tener éxito y en 1932, Al Capone entraba en la cárcel acusado de delito fiscal. A partir de ese momento, la carrera y la vida de Ness marchitaron progresivamente. 




En 1942 se le encargó del control de la prostitución en las bases militares que causaba más bajas por venéreas que los japos. Dos años después se dedicó a la seguridad privada cuando ya iba por su segundo divorcio y tercer matrimonio. En 1947 fue alcalde de Cleveland. Fracasó. Iba contando historias –visiblemente exageradas– en las tabernas sobre la lucha contra la delincuencia, mientras se atiborraba de alcohol. Fue sucesivamente mayorista de piezas electrónicas, dependiente de librería y vendedor de hamburguesas congeladas.  Murió, sino en la precariedad, sí en una situación muy modesta. Ningún periódico de Chicago publicó la noticia de su fallecimiento. Sus memorias póstumas publicadas en 1959 y, realmente, escritas con Oscar Farley, fueron la base del argumento de la serie. Frecuentemente, si un personaje televisivo o un artista te encantan, mejor ver sus películas, admirar sus obras de arte, pero, nunca, absolutamente nunca, profundizar en su biografía: el mito caerá como el plomo.
Obviamente, la serie nos muestra una “realidad mejorada” en lo relativo a Elliot Ness (interpretado por Robert Stack) y “empeorada” en lo que se refiere a los malvados, especialmente a Al Capone y a Frank Nitti, su lugarteniente, que en cada episodio, recibe palos memorables. La serie tiene de “histórica” solamente el nombre de los personajes y parecidos de fondo con la situación que afrontó la Oficina de Investigación durante la Ley Seca. Si el espectador quiere algo más de historia sobre ese período, necesariamente deberá de visionar Boardwalk Empire que, aun limitándose a la ciudad de Atlantic City nos muestra una perspectiva muy real y más próxima a la historia, de lo que fue aquel drama americano.

PINCELADAS SOBRE LA SERIE

El piloto de la serie se emitió en abril de 1959 en la cadena CBS y tardaría todavía seis años en llegar a España. La serie parte del momento en el que Al Capone está ya fuera de juego penando sus muchos delitos en Alcatraz y Frank Nitti se ha hecho con el control de su red mafiosa. Realmente, nada de todo esto fue así (de hecho, Nitti se llamaba Nitto), fue encarcelado junto a Al Capone y al salir en libertad un año después, fue el “figurón” de la banda pero nunca el jefe real; así pues, su papel en la serie está sobrevalorado. En la serie aparecen circunstancialmente otros mafiosos que realmente existieron: Lucky Luciano (mafia italiana), “Mad Dog” (mafia irlandesa), Legs Diamond y Dutch Schultz (mafia judía), pero en todos ellos el parecido con la realidad se limita a su nombre. Realmente, cuando la serie cuenta todas estas peripecias, los “intocables” como tales ya se habían disuelto (tras la condena de Capone, ya no tenía sentido su unidad destinada a capturarlo).

El “malo” que aparecía más habitualmente era, como hemos dicho, Frank Nitti, estaba interpretado por Bruce Gordon un experimentado actor de carácter especializado en papeles de malvado y que el público español conocía por haber aparecido en algunos episodios de Perry Mason (1957-1966) y, antes aún por su papel del pirata Jean Laffite, junto a Anthony Queen, en la película Los bucaneros (1958). Años después de concluidos Los Intocables, Gordon y Stack aparecieron juntos en uno de los más memorables shows presentados por Lucille Ball. 

La serie fue la plataforma en la que criaron su fama alguno de los que serían mejores actores de Hollywood en las décadas siguientes, entre ellos Charles Bronson que aparecía como malvado en un episodio de la tercera temporada, James Caan, Leonard Mimoy y un juvenil Robert Duvall, luciendo cabellera rubia; James Coburn y Lee Martin aparecieron en la segunda temporada; Martin Landau, Cameron Mitchell, Leslie Nielsen, Cliff Robertson, Lee van Cleef y George Kennedy en la primera y un casi irreconocible Robert Redford en la cuarta.

PROBLEMAS CON LA INCIPIENTE CORRECCIÓN POLÍTICA

Si el lector revisa la serie se dará cuenta de algo que pasó desapercibido en España: la primera temporada es radicalmente diferente a las otras tres. En efecto, en ella, la mayor parte de “malos” son mafiosos italianos con un acento marcadamente latino, lo que suscitó el boicot y las protestas de la comunidad de aquel país residente en los EEUU. Las protestas hicieron mella en la productora que, inmediatamente, a la que pudo en la segunda temporada, colocó a malvados de todos los orígenes (en este sentido, la serie Boardwalk Empire es mucho más realista y nos muestra como ya existentes en los años 20 y 30 a mafias irlandesas, mafias negras, mafia judía, mafia oriental…  

La productora era poco criticable, Desy Arnaz era de origen latino, así que el estereotipo del italiano-mafioso fue cambiado y se introdujo incluso a un agente de origen italiano entre el grupo protagonista: “agente Rico Rossi” que, matando dos pájaros de un tiro, estaba interpretado por un actor de origen griego, Nichola Georgiade). Sin olvidar que también apareció el “agente William Youngfellow” atribuido a uno de los amigos de Dasi Arnaz, Abel Fernández, obviamente de origen latino. Suele decirse que esta fue la primera vez que lo “políticamente correcto” se impuso en la televisión norteamericana.



ROBERT STACK COMO PROTAGONISTA ÚNICO

Menor impacto en la serie tuvo la denuncia formulada por los herederos de la familia de Al Capone contra la serie por utilización sin permiso del nombre de su antepasado que no prosperó judicialmente. Ahora bien, a pesar del reconocimiento de la “plurinacionalidad” de los Estados Unidos en el cuerpo de actores de la serie, ésta estuvo protagonizada indiscutible y únicamente por Robert Stack. Todos los demás “intocables”, carecen en casi todos los episodios de protagonismo relevante, apenas son unos “mandados” del protagonista, se limitan a hacer lo que este les ordenes con una diligencia absoluta y, como máximo, figuran más o menos en los frecuentes tiroteos con los que se cierran los capítulos.

Este es el principal problema de la serie: queda demasiado desequilibrada. Los guiones adolecen de cierta reiteración y, a partir de mediados de la segunda temporada, ya es prácticamente imposible encontrar algún elemento nuevo y original que se salga del rutinario esquema “Malo comete delito – Elliot Ness investiga – Malo resulta detenido o muerto”. Incluso en series, técnicamente bien realizadas e interpretadas diestramente (Robert Stack fue un actor convincente que estuvo al pie del cañón hasta su tercera edad y la elección de los protagonistas que asumían el papel de malos-malísimos era particularmente acertada) un esquema de este tipo no se puede mantener indefinidamente sin matar la gallina de los huevos de oro.

RECOMENDADA A…

Los que sepan apreciar el cine negro verán en esta serie el modelo del género en los años 60 que era heredero del mejor cine negro americano de los años 40 y 50; para ellos resultará inevitable visionar esta serie, casi imprescindible. Luego suscitará emociones en los habituales de la nostalgia de tiempos mejores que no volverán: son los sesentones de hoy que vieron la serie cuando sus carnes eran prietas y éstas no luchaban contra la gravedad. Finalmente, las nuevas generaciones que solamente pudieron ver la película protagonizada por Kevin Costner (1987) o se conformaron con Los intocables de Elliot Mouse (1997) la serie española de dibujos animados que parodiaba a la serie, seguramente encontrarán buenos motivos para ver los 118 episodios protagonizados por Elliot Ness.



FICHA:

Título original: The Untouchables
Título en España: Los intocables
Temporadas: 4 (118 episodios autoconcluidos)
Duración episodio: 50 minutos
Año: 1959-1963
Temática: Thriller.
Subgénero: Género negro.
Actores principales: Robert Stack, Nicholas Georgiade, Abel Fernández, Paul Picerni, Steve London, Bruce Gordon, Jerry Paris, Frank Wilcox, Anthony George, Robert Bice, Neville Grand, Chuck Hiks, Nehemiah Persoff, Robert Carricart..
Lo mejor: La reconstrucción del clima de la Ley Seca.
Lo peor: Excesivo protagonismo a Robert Stack.
Puntuación: 7
Clip de muestra en castellano: https://youtu.be/mXSq19EDFI4 

¿Cómo verlo?: Algunos episodios pueden verse en youTube en versión original. Están a la venta en DVD y BlueRay. También pueden bajarse mediante programas “peer two peer”.

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