Los gatos son unos artistas...! qué?, así de claro. Siempre me han parecido más inteligentes que los perros dentro del tan conflictivo círculo espacial (1 metro) de los seres humanos.
Dado que emiten sonidos... el ronroneo, han comprobado que les funciona con los dueños. Los gatos son los verdaderos dueños de sus dueños. Conocen su psicología y los efectos tan beneficiosos que producen en ellos. Le sacan lo que no está escrito. Comida, si comida pero neng! "bocato de cardinale".
Siempre según los científicos e investigadores británicos el ronroneo produce un sonido en el ser humano que tiene el efecto de despertar el instinto paternal/maternal, pero... sobre todo si los dueños viven solos. Los gatos que vienen en familias más numerosas recurren a otro tipo de maullidos.
Lo que a mi me ha hecho pensar es que somos muy sensibles a los efectos del sonido en supermercados, tv, tiendas de coches, discotecas, grandes almacenes de ropa, etc.
La responsable de estos estudios, la doctora Karen McComb, de la universidad de Sussex (sur de Gran Bretaña), explicó que tuvo la idea de este estudio porque su propio gato, Pepo, la despertaba regularmente por las mañanas para reclamar comida. "Me preguntaba por qué ese ronroneo era tan desagradable y difícil de ignorar".
Dado que emiten sonidos... el ronroneo, han comprobado que les funciona con los dueños. Los gatos son los verdaderos dueños de sus dueños. Conocen su psicología y los efectos tan beneficiosos que producen en ellos. Le sacan lo que no está escrito. Comida, si comida pero neng! "bocato de cardinale".
Siempre según los científicos e investigadores británicos el ronroneo produce un sonido en el ser humano que tiene el efecto de despertar el instinto paternal/maternal, pero... sobre todo si los dueños viven solos. Los gatos que vienen en familias más numerosas recurren a otro tipo de maullidos.
Lo que a mi me ha hecho pensar es que somos muy sensibles a los efectos del sonido en supermercados, tv, tiendas de coches, discotecas, grandes almacenes de ropa, etc.
La responsable de estos estudios, la doctora Karen McComb, de la universidad de Sussex (sur de Gran Bretaña), explicó que tuvo la idea de este estudio porque su propio gato, Pepo, la despertaba regularmente por las mañanas para reclamar comida. "Me preguntaba por qué ese ronroneo era tan desagradable y difícil de ignorar".
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