sábado, 22 de abril de 2017

BCN FILM FEST... Norman, el conseguidor


Richard Gere acaba de presentar esta película en el 1er.Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi. Norman, la película protagonizada por Gere ha abierto las sesiones y, a pesar de que la rueda de prensa que siguió, demostrara un mayor interés por las opiniones personales de Gere que por la película que presentaba, lo cierto es que el film ha resultado interesante y, sobre todo, intenso. Su director, Joseph Cedar, ha conseguido condensar en un largometraje un guión elaborado por el mismo en el que se presenta al personaje y a sus circunstancias, se desarrolla una trama política, y se da un desenlace creíble, después de realizar alusiones políticas, económicas y religiosas. Parece increíble que 117 minutos den para tanto.

El protagonista, Norman-Gere, aparece como una especie de conseguidor solitario en zonas de poder económico, político y religioso.  En principio se mueve como un acosador... pero sus intenciones son otras: conseguir establecer una red propia de influencias. Te sigue y te persigue y además te envuelve manipulando como un mago con sus pañuelos de colores en este caso de una agenda amplia y entrañable de contactos que son humo en sus manos. Pronto, el espectador conoce mejor al protagonista que las personas a las cuales seduce. Las seduce para no estar solo, para pertenecer desesperadamente a algo o a alguien. 

Tanto Norman-Gere como el resto de protagonistas son miembros de la comunidad judía. Casualmente, el protagonista conoce a un joven político israelí, Micha Eshel (Lior Ashkenazi),  que se mueve despistado, solitario y deprimido, entre los escaparates de Manhattan. Norman le regala unos zapatos y trenza una buena amistad con él y, tres años después, sorprende convirtiéndose en Primer Ministro del Estado de Israel empeñado en resolver el consuetudinario conflicto judío-palestino. Al volver a EEUU, Norman pasa a saludarlo convirtiéndose en su “amigo americano”. A partir de aquí, el “conseguidor” obtendrá buenos dividendos de aquella amistad y podrá aportar fondos para una sinagoga en riesgo de ser incautada por los acreedores. La popularidad de Norman, tiene su parte negativa. Conoce a una mujer y no practica el consabido principio de que “todo lo que digas será utilizado en tu contra”, el ego le pierde.

Cedar ha acertado a la hora de mostrar el protagonismo casi mágico de una tarjeta de visita de apenas 6x9 cm. Nos viene a decir que, a pesar de Internet, de ipads y de tablets, la tarjeta de visita sigue siendo la reina de los contactos.

Durante la rueda de prensa, Gene –acompañado por el director y guionista de la película- dijo que su papel de interesó desde el mismo momento el que leyó el guion: “Me cautivó el universo del personaje y el desafío de poder representarlo. Era emocionalmente nuevo y su manera de actuar es diametralmente opuesta a como soy yo en realidad”. A pesar de negarse a declarar sobre el budismo y el Dalai Lama, lanzó algunas pildorillas inspiradas en la doctrina de Siddartha Gautama Buda: negó que en Hollywood la gente fuera particularmente horrible: “Todos somos iguales en todas partes y nos enfrentamos a los mismos problemas”. O dicho de otra manera: en todas partes existen gentes como Norman. Quizás en España sean más desaprensivos y depredadores, pero responden a las características del personaje descrito por Gere: “…es un completo imbécil, pero rinde tributo a la raza humana porque es ese tipo de persona capaz de superar cualquier dolor y derrota”. Sobre Trumb declaró que es “nuestro presidente” y, para valorarlo espera que pasen unos meses. Era evidente su interés, en la rueda de prensa, por no desviarse de la promoción de la película.

Y, a fin de cuentas, cabe decir que la película es convincente. El director, neoyorkino de nacimiento y judío de origen, manifiesta el interés de las nuevas generaciones judías que, tanto desde fuera del Estado de Israel como desde dentro, aspiran a que termine aquel conflicto y a que se inicie un período de coexistencia pacífica con los palestinos. 

La película es curiosa porque la mayoría de roles que corresponden a judíos norteamericanos están interpretados por no judíos (Steve Buscemi borda su actuación, esta vez como rabino, Michael Sheen aparece como sobrino de Norman, el propio Norman). Hank Azaria, por su parte, actor de origen sefardita nacido en Tesalónica, aparece, finalmente, como el espejo del propio Norman, en otra interpretación genial de este actor del que recientemente hemos disfrutado una fugaz aparición en la cuarta temporada de Ray Donovan.

La película es, en el fondo, un estudio sobre la personalidad del aspirante a ser hombre influyente. Vemos como Norman recurre a medias verdades, técnicas propias del estafador, exageraciones, y es, a fin de cuentas, un neurótico solitario que solamente aspira a ser querido y a estar próximo a los centros de poder e influencia. 


¿Vale la pena verla? Sí, por supuesto. Es una película curiosa protagonizada por un actor veterano (Gere acaba de cumplir 67 años) que ha ido ganando con la madurez. Además de entretenida y bien contada, la película resulta un condensado en el que aparecen muchas claves para entender la política de nuestra tiempo, la figura no regulada de los “conseguidores” y la naturaleza del conflicto judío-palestino. 

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