Película realista que nos sitúa en los acontecimientos que tuvieron lugar en la ciudad de Bombai en noviembre de 2008, cuando se produjeron unos atentados islamistas que causaron la muerte de 173 personas y heridas a otras 327, casi todos ellos trabajadores y huéspedes de los hoteles más exclusivos de aquella ciudad india. Los atentados fueron cometidos por islamistas paquistaníes que irrumpieron en distintos hoteles armados con fusiles de asalto y lanzando explosivos. Varios de los muertos fueron extranjeros. Los atentados fueron el resultado de la creciente tensión que entonces había alcanzado uno de sus clímax, si bien, desde la independencia de la India y la separación de Pakistán, la tensión entre ambos países siempre ha convertido aquella zona en “caliente”. Al parecer, los atentados fueron cometidos por un grupo yihadista que aspiraba a entorpecer el inicio de conversaciones entre ambos países.
La acción se centra particularmente en el hotel Taj Mahal Palace y en los momentos de terror que allí se vivieron. En el curso del ataque se produjo el secuestro de un numeroso grupo de personas, funcionarios y huéspedes que tomaron la iniciativa para tratar de escapar de sus captores. Los acontecimientos duraron 68 horas que esa cinta de Anthony Maras, retrata minuciosamente.
Se trata de una producción australiana que ha sido estrenada en España en el BCN FILM FEST y que reconstruye lo absurdo y siniestro de toda aquella operación terrorista. No se trata de una simple reconstrucción de la realidad, el director también introduce elementos de ficción. Los momentos más brillantes son aquellos en los que el montaje logra transmitir al espectador la sensación de confusión y caos de aquellos momentos. A pesar de esos momentos de ficción, lo cierto es que la película transmite verismo, realismo y en algunos momentos casi podríamos creer que se trata de un documental.
Muy buenas las actuaciones de Dev Patel y de Armie Hammer. También, entre lo mejor de la cinta figuran los efectos especiales y la música que contribuye a la creación del clima de tensión. Quizás lo más flojo de la película sea el final. Estamos de acuerdo en que un mensaje “constructivo” es mejor que otro desesperanzador, pero, por necesario que sea este planteamiento, a la postre, resulta insostenible. No creo que sea un mensaje que puedan aceptar los que hayan presenciado masacres como la de la discoteca Bataclán o el ataque yihadista en las Ramblas de Barcelona.
Es la segunda película de Anthony Maras. La primera, The Palace no ha llegado a nuestro país. Filmada hace ocho años, tiene también un trasfondo político y a las tensiones generadas en frentes en conflicto. Si en la que nos ocupa el escenario de fondo fue el conflicto indo-paquistaní, en aquella primera producción fue el greco-turco en la isla de Chipre en el año 1974. Se ve por donde circulan los intereses y las inquietudes de este director.
Una película absolutamente recomendable.
Anthony Maras sorprende con Hotel Mumbai, una trepidante y efectiva ópera prima protagonizada. Anthony nos sienta delante de la pantalla para que seamos testigos de lo que pasa desde que el grupo terrorista inicia su ataque hasta que el hotel es desalojado después de un incendio.
Anthony Maras es australiano y viene de filmar cortos. Se inicia en la dirección con esta película y ofrece una visión terrorífica y demoledora de los ataques, sin cebarse en la sangre pero nunca apartando la cámara de los terribles asesinatos. El sonido es magnífico para explicar esta historia.
Precisamente siguen los atentados, recientemente en Sri Lanka del lunes 22 de Abril de 2019, los hijos de Anders Holch Povlsen, dueño de ASOS y segundo terrateniente privado más importante del Reino Unido. Se encontraban celebrando las vacaciones de Pascua en el país asiático cuando fueron sorprendidos por una serie de ataques terroristas que tenían como objetivo iglesias y hoteles de lujo y que han dejado cerca de 300 víctimas mortales y más de 500 heridos.
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