Película entretenida de 97 minutos que llega a transmitir esa sensación de frío, soledad y supervivencia que es el rasgo más característico de la cinta. Es una película de supervivencia en un entorno extremo y hostil. Una película interesante y recomendable.
La trama nos muestra a un superviviente cuya avioneta se ha estrellado en las inmediaciones del Círculo Polar Ártico. Está esperando que los rescaten y aprovecha el tiempo para adquirir una rutina cotidiana: tratar de pescar algo para alimentarse, establecer una topografía del entorno y construir una especie de faro avisador de su ubicación mediante una dinamo. Deberá enfrentarse al consabido oso polar, rey de aquellas latitudes. El momento de mayor dramatismo se alcanza cuando el helicóptero que llega para rescatarlo, se estrella a su vez, falleciendo el piloto y quedando gravemente herida la tripulante a la que el protagonista salva y cuida. A partir de ahí, ambos emprender el camino hacia la civilización, un camino problemático, repleto de peligros, arriesgado y a unas temperaturas que, como suele ocurrir en la zona, amenazan con descender hasta -70º. De no ser para salvar a la herida, el protagonista no habría abandonado su refugio y su rutina.
Resulta inevitable pensar en ¡Viven! (1993), sobre aquel accidente aéreo que tuvo lugar en Los Andes en los años 70 y en el género de películas de supervivencia (la serie de televisión The Terror, es sin duda, muestra la misma ubicación geográfica y Fortitude se aproxima mucho). Da la sensación de que las películas de supervivencia entre los hielos han experimentado un revival.
Lo más llamativo de la historia, a nuestro juicio, es el intento del protagonista por construir una rutina cotidiana que cubre sus necesidades vitales y, muy especialmente, la necesidad de ser localizado. Hubiera podido eternizarse en aquel lugar, de no ser por que el accidente de los que llegaban para rescatarlo, lo hubiera sacado de su zona de confort gélido e impulsado a buscar la salvación. No debe ser ninguna ganga verse entre los hielos. Los desafíos físicos y mentales que se exigen en aquellas latitudes, desafían todo lo que podamos considerar como “condiciones extremas” en las orillas del Mediterráneo.
Joe Penna, director de esta película, es un recién llegado al mundo del cine. Ha transitado como estrella viral en YouTube y se anuncia una película suya para el 2020. Pero la ópera prima le ha salido redonda y le augura un futuro prometedor en el medio.
En cuanto a las interpretaciones, todo recae sobre el actor danés Mads Mikkelsen. Sale adelante con nota e, igualmente, de notable es la fotografía, el ritmo narrativo, la sucesión de momentos clave de superación, el impulso solidario de la condición humana y las condiciones climáticas brutales.
Quizás lo que se eche en falta en la película sea algún flashbak sobre cómo el protagonista ha llegado a la situación inicial en la que se encuentra. Las características del accidente hubieran podido dar lugar a alguna escena espectacular y dramática, pero también a situar mejor al personaje. Por lo demás, el final es, falsamente esperanzador. Todo ello veta el sobresaliente a la película que se mantiene en un merecido notable. Interesante y a recomendar.
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