sábado, 12 de noviembre de 2016

Viaje al fondo del mar: cita de los sábados para adolescentes de los 60


En los años 60, los adolescentes no solían salir con los amigos, ni mucho menos trasnochar. Tuvieron cierta tendencia a quedarse en casa y visitar o recibir a amigos en sus hogares. Si iban al cine regresaban pronto. Las posibilidades de ocio eran escasas y, en cualquier caso, poco atractivas. Estaban los guateques, pero eran excepciones, en absoluto la regla semanal. Sin embargo, la única televisión del país ofrecía los sábados por la tarde una serie que atraía la atención de buena parte de los adolescentes: Viaje al fondo del mar. La serie fue producida por la Irwin Allen Production y por la 20th Century Fox Televisión y emitida por la cadena ABC en los EEUU. 

Durante unos años, TVE (la tve del blanco y negro) emitía novelas juveniles de producción propia completamente artesanales. Habitualmente eran novelas de Julio Verne. Los actores y la totalidad del equipo hacían lo que podían y esas novelas para jóvenes tuvieron una audiencia respetable. Antes, el programa Cesta y Puntos, presentado por Daniel Vindel, enfrentaba a dos colegios en un duelo de preguntas y respuestas, que hoy resultaría increíble y la mayoría de cuyas preguntas quedarían sin contestar. El programa se mantuvo entre 1966 y 1971 y surgió como desarrollo de un concurso anterior, La Olimpiada del saber (1964-65) que apenas tuvo éxito. Así pues, los adolescentes españoles tenían una rutina fija los sábados por la tarde: primero Cesta y Puntos, luego Viaje al fono del mar. Hoy puede parecer una rutina pobre pero para los que la vivimos, acaso porque la vida era mucho más sencilla que ahora, nos satisfacía y éramos felices con ella.



Viaje al fondo del mar era una serie concebida por el cerebro prolífico e imaginativo de Irwin Allen, de cuyas neuronas había surgido El Túnel del Tiempo (1966-1967) o Tierra de gigantes (1968-1970) y después de Viaje al fondo del mar (1964-1968), Perdidos en el espacio (1965-1968). Era el productor que más trabajaba en aquel momento. Disponía de más imaginación que medios. Siempre sus producciones se caracterizaban por poner en pantalla, ideas que topaban con limitaciones presupuestarias. Los resultados finales eran pobres por mucho que los actores se esforzaran y los guionistas, trabajando a contra-reloj, salieran adelante como pudieran. Las series de Allen repiten escenas de efectos especiales continuamente para evitar tener que filmar otras nuevas, suelen agotar el grueso del presupuesto en los primeros capítulos de cada temporada y todas giran en torno a temas de ciencia ficción. 

Viaje al fondo del mar fue la primera de las cuatro series de ciencia-ficción que produjo Allen. Narra las aventuras de los tripulantes del submarino Seaview
Las series de Allen parten todas de la misma idea: hay misterios sin descubrir; unos están en el espacio exterior, en lugares remotos, incluso en ese pasado que es posible visitar y, en el mundo submarino. Éste, siempre ha ejercido una especial fascinación sobre los humanos. La serie recoge una vieja idea que ya estaba presente en el mundo clásico: el mar albergaría, especialmente en sus abismos y en sus capas más profundas, monstruos  y seres desconocidos y terroríficos. Debió llegar Sigmund Freud para establecer que el fondo del mar prefiguraba el subconsciente de los seres humanos y que los monstruos marinos y los oscuros horrores que se movían en ese medio, no eran más que los fantasmas que pueblan los estratos más profundos de nuestra mente. Es posible que precisamente por esto, la serie tuviera un éxito muy superior a su calidad real.

El verdadero protagonista de la serie es el submarino: lo más parecido a un habano (largo y grueso) con un frontal acristalado y aletas en los costados. Una trampilla en la parte inferior, al abrirse liberaba una especie de batiscafo en la que el “almirante Nelson” y el “capitán Crane” solían navegar. El “almirante Nelson” no es, en realidad, el jefe que venció en la batalla de Trafalgar; alude al “Almirante Harriman ‘Harry’ Nelson”, representado por el veterano Richard Basehart que ya tenía experiencia en películas navales. En efecto, había co-protagonizado Moby Dick (1956) y era inevitable pensar en esta obra maestra del cine de aventuras al ver al arponero convertido ahora en almirante de un submarino nuclear. Cuando filma Viaje al fondo del Mar, Basehart es un actor consumado con una carrera que ha entrado en declive. La carrera de David Hedison fue de tono menor y, desde luego, solamente rozó la fama cuando interpretó al “Capitán Lee Crane”. Así como Basehart se podía permitir el que su personaje terminara devorando el último tramo de su carrera profesional, en el caso de Hedison, su rol en la serie lo identificó hasta tal punto que luego resultaba muy difícil contratarlo para representar algún papel sin que evocara inmediatamente al capitán del Seaview (los adolescentes de la época, que permanecíamos de espaldas a la lengua de Shakespeare, pronunciábamos “Sibium” y nunca mejoramos la dicción…).



El Seaview parte en busca de lo desconocido. Casi siempre está en alta mar. Pocas veces recala en algún puerto. Su pila de energía nuclear le permite llegar a donde ningún submarino convencional ha llegado jamás. Y en cada episodio (y se filmaron 110), el submarino topa con monstruos desconocidos, peligros inimaginables y riesgos que prácticamente sitúan a los tripulantes a una muerte segura de la que, finalmente, se zafan. Claro está que siempre, antes de resolver la situación, el submarino y sus tripulantes con él se ven agitados y zarandeados como si estuvieran en el interior de una coctelera (el estilo Allen consistía en filmar una sola vez tales efectos y reproducirlos una, dos o tres veces en cada episodio con la mayor frialdad).

Además del “almirante Nelson” y del “capitán Crane”, entre la tripulación del submarino, hay un pequeño núcleo de oficiales y marineros que están más próximos a los dos protagonistas. Uno de ellos es el “teniente Moton”, interpretado por Bob Dowdell actor que no dejó más datos sobre su carrera profesional. En la serie su papel se limitaba a ser el oficial que transmitía las órdenes de los dos protagonistas a la marinería. De los otros tres marineros que solían aparecer en todos los episodios, el más destacado era, sin duda, “Kowalski” (interpretado por Del Monroe, actor que se dejó ver en varias series de los años 60 y 70). Bastaba con que alguno de los oficiales pronunciara su nombre perentoriamente (“¡Kowalski!”) para que el marinero apareciera como impulsado por un resorte (“¡Si señor!”). Así mismo, cuando el “almirante Nelson”, pedía “¡Periscopio!”, tras hacer como que miraba, pronunciaba la frase fatídica: “Dos grados a estribor”. Estos rituales se repetían, tanto o más, que los efectos especiales. Desde luego, los diálogos no eran ninguna maravilla. 

Ninguno de los episodios de esta serie que vimos y que nos engancharon en nuestra adolescencia, podríamos soportarlos ahora. Todos cambiamos y nuestros gustos cambian con nosotros. Lo que nos subyugó a los 12 años (David Hedison estaba guapísimo) no tiene porqué capturarnos medio siglo después. Sin embargo, la serie tiene el encanto de lo artesanal, del producto hecho con mucho esfuerzo y pocos medios; evoca el aroma del tiempo en el que se proyectó en España hacia 1965 con olor a fritanga y a chistorra de bar de carretera o a pescaíto frito de chiringuito a playa. Tiene, pues, el encantó de aquello que fue y que nos gustó; de lo que no volverá a ser.

Gustará a buscadores del freakysmo seriéfilo. Quizás lo sepan apreciar algunos de los que lo vieron originariamente y hoy, en el otoño de sus vidas, intentan reconstruir como fue su adolescencia. Es un típico ejemplo de las series de los años 60 y, el producto más acabado de Irving Allen. Tiene, por tanto, una vertiente histórica que puede interesar a quienes quieran saber cómo eran las series y la televisión de esa época. 



FICHA:

Título original: Voyage to the Bottom of the Sea 
Título en España: Viaje al fondo del mar
Temporadas: 4 (110 episodios)
Duración episodio: 60 minutos
Año: 1964–1968
Temática: Ciencia ficción
Subgénero: Aventura Submarina
Actores principales: Richard Basehart, David Hedison, Robert Dowdell, Del Monroe, Terry Becker, Paul Trinka, Archa Whiting, Richard Bull, Henry Kulky.
Lo mejor: La presteza con la que acudía el marinero Kowalsky cada vez que era requerido.
Lo peor: un primitivismo absoluto en los efectos especiales.
Puntuación: 6

¿Cómo verlo?: Puede adquirirse en DVD, editado por 20th Century Fox. Algunos episodios están colgados en youTube.

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