sábado, 26 de noviembre de 2016

Investigador Submarino: cuando Lloyd Bridges no se había pasado a la comedia


Sea Hunt o Investigador submarino fue otra de las series que recordamos como pioneras de la TVE y de las que primero llegaron a España. Su leit-motiv era el mundo submarino y los crímenes que podían tener lugar en ese entorno. Los jóvenes de todo el mundo, en aquellos años estaban -estábamos- fascinados por la posibilidad del buceo mediante escafandra autónoma. Esta serie tiene como protagonista a uno de estos primeros buzos que en cada uno de los 155 episodios de la serie se ve implicado en la investigación de hechos delictivos. Siempre sale airoso y al final de cada episodio explica en un soliloquio que no se ha vuelto a repetir en ninguna otra serie, lo esencial de lo que el espectador acaba de ver extrayendo conclusiones moralizadoras que nunca están de más.

LA FASCINACIÓN POR EL FONDO DEL MAR

Para Sigmund Freud, el fondo del mar no es más que la prefiguración de nuestro subconsciente. Bajo la superficie movediza de las aguas, se esconden oscuros horrores, monstruosas formas e intenciones aviesas; bajo una superficie aparentemente tranquila, está lo opaco e impenetrable… tal como tras la fachada de nuestra personalidad ordinaria. Desde este punto de vista, que en los años 50 tenía mucho más predicamento que ahora, se podría interpretar el fenómeno que entrañó la emisión de esta serie que en un tercio de su desarrollo transcurría en las profundidades submarinas. Así se explicaba en la época el interés que tuvo esta serie en los años en los que apareció. 




Pero, los que ni entonces ni ahora, creíamos en la dogmática freudiana, entonces, cuando éramos jóvenes y queríamos sobre todo vivir una vida de aventura e intensa. El fondo del mar nos había seducido desde que al comprar una chocolatina Nestlé nos aparecía en el interior un cromo del álbum Los viajes del Calypso, la nave del comandante Cousteau. Luego llegó Lloyd Bridges y aquel interés se convirtió en pasión por las profundidades. 

Aquella serie determinó vocaciones e intereses. Nos mostró las posibilidades de un deporte nuevo que reportó algunas glorias a este pobre país todavía embarcado en la larga postguerra. En efecto, con una de las escafandras autónomas, el barcelonés Eduardo Admetlla alcanzó los 100 metros de profundidad. Se acabaron los pesados trajes con zapatos de plomo y esfera de acero, ligados por tubos a la bomba que en superficie suministraba aire al buzo que apenas podía moverse bajo la superficie del mar. A partir de ese momento ya era posible imitar a los hombres del Nautilus al mando del “capitán Nemo” (otro de los iconos que TVE publicitaba a través de sus telenovelas para adolescentes de los sábados por la tarde). Ya no seríamos “buzos”, sino más bien “buceadores” o, mucho mejor, “submarinistas”. Y así hasta hoy.

LA IDEA Y EL PRODUCTO

Ivan Tors era uno de esos talentos europeos que compró al peso la industria de Hollywood para evitar que apareciera una competencia en Europa Central. Se evalúa en 2.000 los actores, directores y personal técnico que se instalaron en Hollywood desde 1930 hasta 1939 y la mayoría no lo hizo por razones políticas (como han alegado) sino por simple interés crematístico. Tors fue uno de ellos. Trabajó para la Oficina de Servicios Estratégicos, precedente de la CIA, durante la Segunda Guerra Mundial. En Hungría, su tierra natal, había escrito varias obras de teatro y en 1950 creó, junto al actor, Richard Carlson, la empresa productora A-Men Films. Ya desde entonces le interesaba la temática submarina y varias películas filmadas por él en esa época registraban ese tipo de argumentos. La serie Sea Hunt fue el producto de su imaginación (así como conocidas series como Daktari [1966-1969] o Flipper [1963-1967]). Sin él y sin su interés por la naturaleza y el mar, Sea Hunt jamás habría visto la luz.

El otro pilar de la serie fue, por supuesto, su protagonista Lloyd Bridges. Para los menores de 45 años, Bridges será solamente el padre de Jeff y de Beau Bridges y un actor conocido por sus trabajos cómicos en películas como Hot Shots! (1991) y su secuela Hot Shots! 2 (1993), Airplane! (1980) y su secuela Airplane II: The Sequel (1982). Hasta 1968 su carrera se había mantenido en el registro dramático, pero después de una larga ausencia de los escenarios, reapareció a finales de los 70 reinventándose como actor de comedias más o menos desmadradas. La última vez que lo recordamos en la pequeña pantalla fue en una aparición como actor invitado en Seinfeld

El resultado de la simbiosis entre las ideas creativas de Tors y el trabajo interpretativo de Bridges fue una serie de aventuras vinculadas al mundo submarino. Bridges asumía el rol de un antiguo hombre-rana de la marina norteamericana, “Mike Nelson”que había servido durante cuatro años en misiones peligrosas. Una vez licenciado, siguió en el buceo, comprándose un barco, el Argonaut, siendo requerido por unos y por otros para misiones muy diferentes: encontrar un tesoro, rescatar equipo militar secreto hundido, encontrar a un niño perdido, a un piloto de la marina. En todos los episodios existe aventura, acción, vistas del mundo submarino y, al final, un mensaje inusual, moraleja que el propio Bridges cuenta al televidente casi de manera familiar, como en una conversación entre dos amigos.



ECOLOGÍA ANTES DE LA ECOLOGÍA

Estos mensajes siempre procuraban interesar al espectador por los aspectos del mundo submarino y por la necesidad de su conservación. Hoy, esta temática parece normal y está asumido por la totalidad de quienes tenemos un mínimo de sensibilidad y sentido común, pero en la época (finales de los 50 y los primeros años 60) todavía no existía la ecología. Ciertamente, el comandante Cousteau venía emitiendo el mismo mensaje conservacionista, pero no era frecuente en una serie de aventuras oír algo parecido. En eso, también, la serie fue innovadora.

 Luego, cuando en 1967 el superpetrolero  Torrey Canyon se hundió con una carga de 120.000 toneladas de crudo ante las costas de Inglaterra, muchos recordamos las pláticas finales de Bridges e incluso los gobiernos reaccionaron ante las amenazas contra el medio ambiente marino. Pero resulta obligatorio recordar que entre 1963, cuando concluyó la serie Sea Hunt y hasta el desastre del Torrey Canyon, medió un lustro en el cual las autoridades no hicieron absolutamente nada para prever los desastres ecológicos. 

La gran sorpresa de la serie es que en sus episodios desfilan como actores de reparto algunos de los que luego se convirtieron en superestrellas del firmamento hollywoodiense: Jack Nicholson, Larry Hagman, Leonard Mimoy, Robert Conrad y los hijos de Bridges pudieron aparecer en la pantalla por primera vez.

UNA SERIE ESPECIALMENTE PENSADA PARA…

Los episodios de Sea Hunt pueden obtenerse hoy mediante programas P2P y algunos se pueden visionar a través de youTube en versión original. Da la sensación de que por ellos no ha pasado el tiempo y permanecen como terriblemente actuales. La serie tiene los mismos atractivos que tuvo en los años en los que se proyectó: incitar a los más jóvenes el interés por el mundo submarino y por la aventura de recorrerlo con escafandra autónoma o con un simple snorkel de a 20 euros en Decathlon.

Los nostálgicos que la vieron en su época podrán valorar si su vida realizó ese afán de vida intensa y sin tiempos muertos que soñaban en la época y podrán mostrar a sus hijos y nietos cómo fueron las series que más influyeron en su juventud. Ni que decir tiene que los practicantes de los deportes marinos se recrearán en las escenas y en la temática de la serie. Serie para todos los públicos y no sólo por edades sino por aficiones.



FICHA:

Título original: Sea Hunt
Título en España: Investigador submarino
Temporadas: 4 (155 episodios autoconcluidos)
Duración episodio: 30 minutos
Año: 1959-1963
Temática: Thriller.
Subgénero: Mundo submarino.
Actores principales: Lloyd Bridges, Ron Ely,Ken Drake, Courtney Brown.
Lo mejor: Las escenas del mundo submarino
Lo peor: Lo poco cuidado de algunos guiones
Puntuación: 7
Clip de muestra en castellano:

¿Cómo verlo?: Algunos episodios pueden verse en youTube en versión original. También pueden bajarse mediante programas “peer two peer”. Puede comprarse en VO en DVD.

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