domingo, 10 de octubre de 2010

Mariscal, no se formó y si tuvo algún maestro... lo mató hace tiempo. 1 parte.




Por fin llueve en Barcelona en esta mañana de domingo. Mariscal en la Pedrera.

Intento hacer fotografías durante la exposición y no está autorizado, de modo que me conformo con la única obra expuesta en la calle.

Josep Bohigas, arquitecto, dice de él que es inclasificable, genial, memorión, talentoso, inagotable, veloz, optimisma, generoso, sin olvidar otros elogios... envidioso, infiel, copión, decorador, fumettista, marginal o gilipollas.

Mariscal en la Pedrera es una exposición de trabajos realizados en 40 años. Veinte de ellos dentro de su equipo-factoría.

El libro que ha elaborado CatalunyaCaixa me permite esta mañana conocer a la persona del personaje.

Si, si que es verdad que para llegar al libro he pasado por toda las imagenes, las ilustraciones, las telas impresas con diseños, rozando mi cabello, mis hombros, adelantando mis brazos para poder caminar. He atravesado su obra como cuando era pequeña y jugaba con mis amigos a hacer una cabaña en el campo. Es un mundo, un jardín infantil pero tiene bastante trizteza. Sólo se puede esbozar una pequeña mueca que nunca sabes si es el inicio de una sonrisa o un dolor de barriga.

Bo!... el libro me dice:

que Mariscal ha copiado siempre. Es un scanner humano,
que mariscal es perseverante, golpeando directametnente al estómago, sin pasar por el cerebro,
que Mariscal lo puedes querer como a una mascota a la que perdonas sus defectos,
que Mariscal le tortura el talento ajeno, para seguidamente Fagocitarlo,
que Mariscal tiene un instinto de "macho dominante" llegando intelectualmente "se le supone" al descuartizamiento más sutil y certero.

Tiene, no incontinencia verbal, parece ser que no se encuentra cómodo, sino "incontinencia en las manos" rozando situaciones compulsivas.

Le gusta autocalificar su obra de "bazofia"... pero aún más que se lo digan los demás, para así poder sentirse herido. En fin, como las maracas de Machin.

Necesita, pide a gritos, de esa bofetada para su progreso. Lo cierto es que esa respuesta que recibe, buscada hasta el nacimiento de una herida, a su vez, gusta de herir a su entorno en un impecable círculo sadomasoquista. Un bucle para mantener la pulsión creativa.

La pregunta que me formulo... ¿somos espejo-consumidores de este tipo de imágenes-arte porque el alma de la sociedad vive las mismas pautas "tóxicas" que nuestro cocinero Mariscal posee en su energía?

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