Película: The Substance
Año: 2024
Duración: 140 min.
País: Reino Unido
Dirección: Coralie Fargeat
Guion: Coralie Fargeat
Música: Raffertie
Fotografía: Benjamin Kracun
Compañías:
Coproducción Reino Unido-Estados Unidos-Francia; Working Title Films, 21st Century Film France, Blacksmith
Género: Ciencia ficción. Terror. Drama | Body Horror. Comedia negra
Sinopsis:
Una promesa, un producto revolucionario basado en la división celular, que crea un alter ego más joven, más bello, más perfecto. “Tú pero mejor en todos los sentidos”
Reparto: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid, Gore Abrams, Tom Morton, Tiffany Hofstetter, Joseph Balderrama
Sátira sobre la dictadura de la belleza. La protagonista interpretada por una magnífica Demi Moore, recurre a una solución. Una clonación casera. Tomar una substancia que crea otro yo, pero mejorado físicamente con casi una diferencia de unos 50 años.
Muchas veces me he planteado que estupendo sería regresar a tener 25 años pero con la cabeza tan bien amueblada que tengo en la actualidad. Si volviera a tener 25 sin saber lo se hoy en día, me negaría a tal experimento.
De modo que por mucho que físicamente te atraiga conseguir una juventud, el desastre puede ser apocalíptico.
¿Hasta dónde sería capaz una persona en lograr la juventud, belleza, perfección?
Demi Moore en la película realiza una parodia de su imagen pública y privada pues ella se ha sometido en la vida real a técnicas de rejuvenecimiento que pudimos comprobar en el desfile de moda del diseñador Kim Jones para la Casa Fendi en París con 58 años (2021).
En The Substance, llegamos a pensar, que si siempre se habla del mito de Edipo el rey de Tebas, matando al padre. En esta película es matar a la madre.
La persona que nace se considera por su juventud, una hija, y su otro yo, la madre. Sólo una carcasa en proceso de decrepitud. La rivalidad es tan extrema que se olvidan que el experimento de “La Substancia” implica una condición: recordar hasta la extenuación que son sólo una persona.
Volviendo a la película de dos horas y 20 minutos. El guión y la estética con el que nos lo explica es perfecto en la primera hora y nos quedamos embobados ante la puesta en escena, luego asistimos a un desperdicio total, sobre todo lento pero ruidoso, ya que la directora Colarine Fargeat aplica el tan dilatado e insoportable ”Síndrome del gusto al Feísmo” muy arraigado después de la II Guerra Mundial. En fin que se nota una bajada de calidad en el guión. Estoy segura que la directora y guionista no tenía un buen plan para redondear la tesis y ha preferido colocar un elefante en una cacharrería. Una mierda infantil.
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