Esta película no ocupará un lugar privilegiado en la filmografía De Brian de Palma, el genial director de El fantasma del Paraíso (1974), Carrie (1976), Los intocables (1987) o La Dalia Negra (2006), por poner solamente algunos de sus títulos más conocidos. Dominó es una simple película alimentaria sobre un tema aparentemente actual (el terrorismo del ISIS, algo periclitado ya por su desaparición real del escenario sirio), repleto de tópicos y clichés que hemos visto demasiadas veces en pantalla.
La película debería tener el aliciente de estar rodada en distintos países europeas (Almería incluida), pero los productores no han arriesgado demasiado presupuesto y esos límites económicos se notan en los escenarios elegidos.
“Christian”, un policía danés y su compañero “Lars” acuden a atender una llamada sobre lo que parece un caso más de violencia doméstica. Pero los gritos no procedían de una mujer maltratada, sino de un hombre que había sido cruelmente torturado y ejecutado. Además, encuentran un alijo de explosivos poco tranquilizador, perteneciente a terroristas islámicos. Los dos policías iniciarán a partir de ese momento una investigación que se encadenará por distintos países, persiguiendo a los miembros del ISIS, autores de distintos atentados. Uno de los dos policías desaparecerá pronto asesinado, dando ocasión al otro a viajar de aquí para allá en busca de su asesino.
La película puede ser definida como un thriller de acción y terrorismo, en el que están presentes muchos de los elementos propios del género. Un agente doble que no se sabe si va o viene, el agente de la CIA poco empático, el policía que se siente culpable de la muerte de su compañero, las persecuciones en la que perseguido y perseguidor sufren parecidas peripecias (e incluso espachurran un cargamento de tomates con muy poco lucimiento), idas, venidas, sospechas y pirotecnia... todo al servicio de un guion poco original, con defectos de montaje, límites presupuestarios, escenas de acción poco elaboradas y un aspecto global apresurado más propio de un director mediocre que del genio muchas veces evidenciado de Brian De Palma, desmotivado y consciente de que el resultado final no iba a añadir mucho lustre a su carrera. Hemos visto demasiadas veces productos de este tipo en tv-movies.
Quizás, entre lo más notable de la película, aunque no lo más imaginativo, sea la utilización de pantallas partidas o el manejo extremo del zoom que remiten al cine de los años 60, recursos camp que ya se utilizaron en la primera versión de El caso de Thomas Crown (1968) y la música de Pino Donaggio -habitual compositor para De Palma- y que también remite a los años 60, el momento de sus grandes éxitos. Son de agradecer algunos toques de humor esparcidos aquí y allí.
En una película apresurada y caótica como esta, resulta imposible valorar el trabajo de los actores. Ni Nikolaj Coster Waldau (uno de los Lanister de Juego de Tronos que aquí ejerce como policía y principal protagonista), ni Thomas W. Gabrielsson, ni Guy Pierce (como odioso agente de la CIA), ni la Van Houten, ponen al servicio de esta película sus cualidades innegables como actores.
La película se rodó en 2017. Surgieron múltiples problemas, tanto en la producción (falta de recursos), como en el montaje (De Palma rechazó en dos ocasiones el resultado final) y, para colmo, durante ese tiempo, el ISIS pasó de amenazar la estabilidad de Oriente Medio, a quedar pulverizado por los ejércitos sirios ayudados por los rusos, para desesperación del Pentágono que todavía no ha terminado de asimilar la situación. Dicho de otra manera: el “momento” de esta película hace ya dos años quedó atrás.
Película que podemos recomendar a los incondicionales de Brian De Palma y a amantes poco exigentes de thrillers de acción.
Production Notes
Runtime: 88 minutes
Directed by Brian
de Palma
Written by Petter
Skavlan
Produced by Michel
Schønnemann and Els Vandevorst
Production Company: Schønne Film IvS
Starring
Nikolaj Coster-Waldau, Carice van Houten
and Guy Pearce
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