Reconozco que, ni siquiera The Walking Dead (2010) hizo que me interesara por las series de zombies. Soy de la generación que empezó a ver cine con La noche de los muertos vivientes (1968) y ya tuve bastante con aquello. Sabía tempranamente de la existencia de los zombies gracias a aquella balbuciente TVE de los años cincuenta que había emitido La legión de los hombres sin alma (1932), históricamente la primera película que llevó el tema al cine. En realidad, si nos ha interesado In the Flesh es porque aporta alguna novedad al género: la condición de zombie aparece como “reversible”. Algo inédito.
La serie, producida por la BBC entre 2013 y 2014, desde el principio se nos muestra como algo original que aspira a interesar al público que desde hace una decena de años se convirtieron en “zombiadictos”. Era inevitable que la cinematografía inglesa quisiera insistir en el éxito mundial de Walking Dead. Para hacerlo, no repite las habituales marchas de zombis tambaleantes, los estallidos de sus cabezas y las escenas del canibalismo –nunca mejor dicho– más descarnadas. Seguir leyendo...
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