viernes, 5 de julio de 2024

El Mayordomo Inglés de Gilles Legardinier (Complètement Cramé)


Empecemos por decir que “el mayordomo inglés” (John Malkovich), es un título mucho más adecuado  que el original en francés, Complètement Cramé!. Quizás en la novela originaria en la que se base el guion, la figura del protagonista aparezca más “quemado” que en la película, por mucho que el autor de la novela y el director de la película sea el mismo Gilles Legardinier. Menos de media hora después de los créditos de apertura, el empresario inglés, “quemado” por la muerte de su esposa y por sus rutinas profesionales, decide ir al “château” en el que se conocieron cuarenta años antes y, poco después de su llegada aceptar ser “mayordomo” y contribuir a la felicidad del pequeño racimo de personajes que viven en aquella mansión.

¿Cómo es posible que un empresario viudo se convierta en mayordomo de una mansión en la campiña francesa? Y, luego, ¿cómo un hombre de amplia cultura y refinada educación podrá congeniar con un rústico patán, con una cocinera resentida, con una chacha embazada y sin novio, y con una señorona estirada también viuda, al borde del colapso económico y con mucha amargura en sus alforjas? Pues bien, esto es lo que nos va a contar Legardinier en su novela y lo que reitera en su cinta. Y lo hace bien, con arte, aplomo y comicidad. Mientras se prolonga la hora y cuarenta minutos que dura la proyección, nos olvidamos de que en todas las situaciones existe algo falso y que, deliberadamente, desde el minuto uno, el autor-director se ha propuesto contarnos una historia “positiva” en la que intuimos, desde el principio, que todo va a terminar bien. Al concluir, caemos en la cuenta de que hemos visto una película entretenida, fenomenalmente interpretada por todas las partes; satisfechos por la mansión que tiene, en sí misma, un encanto especial y se diferencia de otros muchos “châteaux” franceses (en realidad, parece más gótico-inglesa que francesa), que los diálogos son intensos en unos tramos, divertidos en otros, geniales en algún momento, y que si el cine francés frecuentara más este tipo de historias no atravesaría la crisis en la que se encuentra sumido (que, en el fondo no es mas que el reflejo de la crisis de la sociedad francesa).

Es una comedia, pero muy especial, con trasfondo romántico-nostálgico, ahondando en las diferencias entre el carácter francés y la flema británica, con elementos costumbristas de la cultura rural gala y al margen por completo de los problemas irresolubles de la sociedad y de la cultura francesa (e inglesa) y de los suburbios que recorren obsesivamente comedias, dramas, series, thrillers policiacos e, incluso películas de animación. Aquí no hay nada más que lo que nos está contando el director-guionista y cuya única intención es que lo pasemos bien y reflexionemos, como máximo, sobre el tiempo, su inexorabilidad y su dirección siempre adelante; reflexionar, incluso, implica, con frecuencia, rectificar, como en el fondo hacen todos los protagonistas de esta película. Y esa intención es suficiente como para justificar el producto: su “razón suficiente”.

Se ha insistido en que Malkovich realiza un excelente trabajo hablando en francés. Digamos que hace una excelente creación del personaje y -como suele realizar- su interpretación es insuperable. Ahora bien, sobre su pronunciación francesa -hay que ver la película en versión original para apreciarlo- es excesivamente lenta, demasiado estudiada, poco auténtica y, lo que resta algo de comicidad: sin un acento británico acusado. Casi parece un francés con algún problema neurológico, mas que un inglés que trata de expresarse en francés. Casi sería la única objeción que podría aducirse a su interpretación porque podría haber tenido un acento más del canadiense british cuando intentan hablar francés con un quebecuá. Por lo demás, auténtico y genial.

El resto del reparto no queda a la zaga: la viuda propietaria del castillo, Fanny Ardant, aristocrática más que “estirada”, a pesar de sus dificultades económicas y del acoso bancario; Emile Dequenne, la cocinera, casi escondida en el “château” para olvidar anteriores fracasos sentimentales, muy en su papel de mujer frustrada que ha optado por la reclusión voluntaria en aquel lugar perdido; Prilippe Bas, el jardinero energúmeno, intenso y torpón, pero sentimental y enamoradizo, un tipo habitual en la Francia rural; Eugenie Anselin, la chacha embarazada, ingenua y tan preocupada por su futuro como podemos estarlo cualquiera de nosotros... Esos son los personajes que aparecen en la mansión y que interactúan de manera admirable, ágil y equilibrada.

La película -como no podía ser de otra manera- termina bien. Los problemas quedan superados, las dificultades vencidas: triunfa la solidaridad humana, la amistad y la sinceridad. Si queremos aportar un juicio sobre esta cinta, cabría decir que es una película amable para una tarde de verano a 35o de temperatura sobre el asfalto.

¿Sobra algo en esta cinta? Si... Esa escena en la que Malkovich aparece con los labios pintados de un rojo y una peluca estropajosa, hablando con el jardinero, resulta incluso desagradable y completamente fuera de lugar.

Por lo demás todo bien, correcto y fluido.




Película: El Mayordomo Inglés (Complètement Cramé = Completamente quemado)

Año: 2023

Duración: 100 min.

País: Francia

Dirección: Gilles Legardinier

Guion: Christel Henon, Gilles Legardinier. Novela: Gilles Legardinier

Reparto: John Malkovich, Fanny Ardant, Émilie Dequenne, Philippe Bas, Eugenie Anselin, Anne Brione, Christel Henon

Música: Erwann Chandon

Fotografía: Stéphane Le Parc

Género: Comedia. Drama. Romance

Sinopsis

Andrew Blake, un hombre de negocios británico cansado de un mundo en el que ya no encuentra su lugar, acepta el trabajo como mayordomo de una casa solariega en Francia para conservar los recuerdos de su difunta esposa francesa. Al desembarcar en la finca Beauvillier, donde nadie sabe quién es realmente, trata de buscar reposo para poner en orden sus pensamientos. Sin embargo, los encuentros y situaciones fuera de control lo llevarán en una dirección muy distinta.

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