Hay películas cuyo éxito reside en la simplicidad de su argumento y en un simple golpe de efecto situado en el interior de la trama. Esto hace que, una cinta, en principio, de presupuesto limitado y que parecía ser una simple película rutinaria, termine teniendo una inusitada brillantez y una intensidad capaz de generar angustia e, incluso, miedo. La Viuda es una de las películas bastante entretenida con un aire inquietante.
La Viuda (que en Irlanda cuya matrícula ostenta esta cinta, fue llamada Greta) nos presenta a dos amigas, una de ellas, niña bien, hija de millonarios y la otra, más modesta, debe trabajar para ganarse la vida. La madre de esta última ha muerto y ella se ha mudado a Manhattan viviendo en el domicilio de la primera. Un buen día se encuentra un bolso en el Metro, la oficina de objetos perdidos está cerrada así que se lo lleva a su domicilio, a la espera de devolverlo al lunes siguiente. Pero la voz de su conciencia le impulsa a desplazarse hasta el domicilio que figura en el documento de identidad que se encuentra en el interior del bolso. Allí, nuestra protagonista se encontrará con una pianista viuda, agradable pero hambrienta de compañía. Ambas mujeres simpatizan y, a partir de ahí, se inicia una estrecha amistad que, bruscamente, se verá detenida por un episodio casual y turbador que el espectador deberá ver por sí mismo. Y, vale la pena.
Neil Jordan ha dirigido esta cinta sobre un guion en el que también ha participado. No hace ni un año vimos la miniserie de 10 episodios, Riviera, dirigida por Jordan, en Movistar+ que nos dejó un muy buen recuerdo. Con todo, no ha sido el plasma su campo habitual de expresión, sino las salas oscuras y, vale la pena recordar, que se ha movido bien en géneros muy diversos: el biopic histórico sobre la figura del independentista irlandés Michael Collins (1996), vino después de la pretenciosa Entrevista con el vampiro (1994) en el que se adentraba en el terror gótico, repitiendo género años después en Byzantium (2012); pero también ha tocado el drama histórico en Los Borgia (2011), la crítica social en Contracorriente (1997), el romanticismo vintage en El fin del romance (1999), la intriga fantástica en Dentro de mis sueños (1999), el género negro en El buen ladrón (2002), la tragicomedia en Desayuno en Plutón (2005), el thriller en La extraña que hay en ti (2007)… Cada una de estas películas ha contado con un actor de primera fila: Jeremy Irons, Colin Farrel, Jodie Foster, Liam Nesson, Nick Nolte, Julian Moore, Annette Bening, Brendan Gleeson… y en esta que nos ocupa, La Viuda ó Greta con Isabelle Huppert. En general, Jordan, es un artesano que sabe imprimir una calidad media alta a sus producciones. Detalle importante: en todas sus películas, llegado a cierto punto, aparece la sorpresa… aquí también estará presente.
La Huppert se ve flanqueada por las dos amigas mucho más jóvenes, encarnadas respectivamente por Maika Monroe y Clóe Grace Moretz. Esta última ha dejado un buen recuerdo en Suspiria (2018), la revisión del clásico del terror realizada por Darío Argento en los 70, y en las dos docenas de cintas anteriores en las que, poco a poco, se ha ido afirmando y haciéndose imprescindible. También la hemos visto, como a Jordan, en registros muy diferentes demostrando una gran versatilidad. En cuanto a Maika Monroe, su historial es bastante similar, si bien le ha faltado esa película que la consagre como una “star”. Las tres protagonistas femeninas cumplen con creces con sus roles respectivos.
No se trata de una película que pueda dar lugar a grandes escenas de acción o encuadres y fotografía inolvidables. Es, fundamentalmente, un thriller psicológico en el que los diálogos son importantes y están bien articulados. La atención del público no disminuirá. Es cierto que, podría ser considerado como una película de Serie B, pero la presencia de Isabelle Huppert le da más empaque y garantiza que el espectador saldrá satisfecho.
La película fue preestrenada durante el festival de Toronto de 2018, recibiendo buenas críticas. Advirtamos que ni es la mejor película de Jordan, ni se trata de una película que merezca el calificativo de inolvidable, pero sí es una película entretenida, intensa, repleta de sobresaltos y con cierta vertiente teatral. Deja buen sabor de boca y gustará a los amantes de los thrillers y quieran comprobar que todavía hay espacio para guiones originales.
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