lunes, 24 de abril de 2017

BCN FILM FEST... Las películas de mi vida por Bertrand Tavernier


Dentro del paquete de “Imprescindibles”, el Festival Internacional de Cine de Barcelona – Sant Jordi, ha proyectado el kilométrico documental Las Películas de mi vida (Voyage à travers le cinéma français) de Bertrand Tavernier, cuya carrera cinematográfica, ahora que va por los 75 años, es no menos kilométrica. Kilométrica por el metraje: 190 minutos, algo más de tres horas. Con menos, algunos han hecho una serie. La buena noticia es que nadie mejor que Tavernier para contarnos una historia del cine francés desde la postguerra hasta los años 70. Fue una época dominada especialmente por la nouvelle vague, el movimiento artístico que decretó la ruptura con el cine de papá y mamá, es decir, con el pasado. 

Tavernier en este documental-testimonio  trae a colación fragmentos de casi un centenar de películas filmadas en aquellos años! Seamos claros, Tavernier no ha sido nunca muy partidario de la estética ni de las ideas de la nouvelle vague a las que niega carta de naturaleza. Pero es, ante todo, un crítico cinematográfico y su despiece de este movimiento se hace con estilo, resaltando únicamente que el cine de Godard y de Chabrol, o el de Malle y Truffaut se parecen tanto como un huevo a una castaña (con la elegancia de no especificar cuál es el huevo y cuál la castaña). 

Las películas de mi vida, hace honor a su título: tomando como excusa las películas que le han marcado en sus años formativos, Tavernier ha seleccionado la impresionante muestra de 582 fragmentos pertenecientes a 94 películas para avalar sus afirmaciones. Al mismo tiempo, fragmentos de entrevistas con Godard, Chabrol, Langlois y con el propio Tavernier, obviamente, rematan una perspectiva crítica que puede calificarse como espectacular e incluso imprescindible para entender una época.

El documental es, sobre todo, una reflexión personal en voz alta y con una granizada de fragmentos ilustrativos que avalan sus afirmaciones. Tiene un problema: no es la historia del cine francés, sino sólo de un segmento de su historia. Y es una pena: porque algunos consideran que la “época dorada” del cine francés fue anterior a esos años y otros consideramos que la cinematografía francesa sufre hoy una pérdida de identidad y una desorientación  (que ha hecho que muchos hayan realizado voto de no ver productos galos mientras no se supere esa crisis) y hubiera valido la pena que el siempre razonable y agudo Tavernier nos explicara el por qué de esa crisis (en este festival de cine, la proyección de Ma Loute ha evidenciado la profundidad y trascendencia de ese momento  en el que se van apagando las luces de la creatividad, el buen tono y la poesía en los platós del vecino país.

La cinta de Tavernier no es una “guía de museo”, ni tampoco una reivindicación patrimonial de lo que fue el cine francés, es, sobre todo un agradecimiento a lo que otros directores le han aportado, conocimientos que Tavernier quiere transmitir al espectador. El rótulo que podría definir a esta película es “de un cinéfilo para cinéfilos”. Quizás lo más positivo de este documental y lo que merece destacarse –precisamente en contraposición a lo que fue la nouvelle vague– es que no cae absolutamente en la pedantería o la erudición gratuita, ni tiene los rasgos habituales de altanería del crítico que se cree siempre superior al objeto de su crítica a la que mira de manera distante. 


Para los que no quieran o no tengan tiempo de leer largas y sesudas obras críticas e históricas sobre el cine francés, el visionado de este documental les pondrá en la pista de lo esencial del tramo intermedio de aquella filmografía  marcada por la irrupción de la nouvelle vague que hoy puede ser redimensionada y considerada como historia. Las películas de mi vida, será, a partir de ahora, un material imprescindible para cine-fórums y cursos sobre cinematografía. Será difícil que después de este documental alguien vuelva a abordar.

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