lunes, 31 de octubre de 2016

Los pequeños asesinatos de Agatha Christie


Cuando uno se había habituado a las series Hércules Poirot (1989-2013 y a Miss Marple (dos, en realidad, 1984-1992 y 2004-2013) o Partners in Crime (1983-1984 y 2015) y creía que ya era imposible sacar más jugo televisivo a las obras de Agata Christie, en Francia, Anne Giafferi y Murielle Magellan, diseñaron una nueva serie reuniendo distintos escritos de la autora británica bajo el título Los pequeños crímenes de Agatha Christie. La empresa era difícil por varios motivos: el primero de todos que tanto las series que tuvieron como protagonistas a Poirot y a Miss Marple, tenían una gran perfección técnica y habían gozado del favor del público. La segunda que varios de los episodios tratados ya habían sido adaptados a la serie Poirot: Pleamares de la vida, Un gato en el palmar, Navidades trágicas, Un triste ciprés, La Señora McGinty ha muerto, y algunos más, no hacía mucho, habían sido llevados a la pequeña pantalla en la serie protagonizada por David Suchet. Así pues, en parte, lo que vemos en esta serie puede considerarse un remake

Reilly, as de espías


En 1984, TVE1 emitió en las tardes de los domingos de 21:30 a 22:30, los 12 episodios de una serie británica sobria y discreta: Reilly, As de Espías. A partir del segundo episodio algunos nos sentimos capturados por lo que estábamos viendo. La reconstrucción de la época en la que sucedieron los hechos era tan extremadamente realista y el guion tan sólido que algunos empezamos a preguntarnos si los hechos narrados no formarían parte de la historia del siglo XX. Una buena enciclopedia nos resolvió la duda. El Reilly al que hacía alusión el título de la serie, había existido realmente. Había sido un agente de la inteligencia inglesa, aventurero y carismático. Incluso vi la foto del auténtico Sidney Reilly: se parecía poco a Sam Neill el actor que lo encarnó. 

La serie se basaba en la biografía que hizo del personaje Bruce Lockhart publicada en 1932. Si Lockhart estuvo en condiciones de componer una biografía de Reilly fue porque su padre, Robin Bruce Lockhart,  había sido compañero de correrías del espía. A lo largo de la relación entre ambos, Reilly le contó anécdotas ya embellecidas que el hijo de su compañero embellecería todavía más. Cincuenta años después, su eco no se había extinguido todavía. Obviamente, el guión se tomó algunas licencias: pero no las suficientes como para el biopic del espía dejara de serlo.

domingo, 30 de octubre de 2016

Miss Fisher’s Murder Mysteries, Australia en los locos años 20



De tanto en tanto en Australia se filman películas notables o que, en cualquier caso nos llaman la atención. Recordamos, entre las recientes, Dance Academy (2010-2013) o Top of the Lake (2013-2016), Pesadillas de Stephen King (2006) o East West 101 (2007-2011), The Code (2014)sin olvidar a la mas reciente, Cleverman (2016). Las series australianas difícilmente son emitidas en esta parte del globo en prime-time y, en la mayoría de casos, ni siquiera llegan y si lo hacen es perdidas entre el streaming de plataformas que todavía no tienen altos índices de audiencia. En general, las series australianas, están más cerca de los estándares ingleses que de los norteamericanos. Tienen algo de artesanal y sus presupuestos, nunca excesivamente altos, son aprovechados al máximo. Miss Fisher’s Murder Mysteries pertenece a este tipo de series y, si se nos apura, es superior a ellas, por dos características: su ambientación (felices 20) y por la elección de su protagonista, Essie Davis.


sábado, 29 de octubre de 2016

El Círculo de Bletchley


Durante la Segunda Guerra Mundial, el Ministerio de la Guerra británico tenía instalada una estación de descifrado de mensajes en Bletchley Park, cerca de Londres. El nombre procedía de la mansión victoriana en la cual se instaló la unidad dedicada a esta actividad. Alan Turing trabajó allí en la creación de Colossus, el primer ordenador que permitió el descrifrado de los códigos de la máquina alemana Enigma. Diversas películas han tratado este tema: Breaking the Code (1996) protagonizada por Derek Jacobi o The Imitation Game (2014) en la que Benedict Cumberbatch encarna al controvertido matemático, Enigma (2001) y alguna otra menor. Sin embargo, esta serie no trata sobre el grupo de matemáticos que trabajaron en aquellas instalaciones secretas, sino sobre las mujeres allí empleadas con distintas responsabilidades. 

El Círculo de Bletchley es una serie de género negro ambientada en la postguerra, en la que las investigadoras no son ni los Sam Spade, ni los Philip Marlowe, ni por Pepe Carvalho de la vida, sino mujeres que, por distintos motivos, se reúnen años después de haberse conocido en las instalaciones de Bletchley para resolver algunos asesinatos. 

Las Aventuras de Sherlock Holmes



Sin duda es la adaptación más rigurosa de las novelas de Sir Arthur Conn Doyle. La serie, que pudo prolongarse durante 11 años, entre 1984 y 1994, está unida íntimamente a Jeremy Brett, actor de carácter que encarnó el papel del detective. Hoy puede considerársele como el mejor intérprete de la figura de Sherlock Holmes. En total, se filmaron 41 entregas del total de 60 escritas por Conn Doyle, emitidas a lo largo de 10 años.
La serie lleva distintos títulos: The Casebook of Sherlock Holmes (1991-1993, Los casos de Sherlock Holmes), The Secret of Sherlock Holmes (1988-1989, Los secretos de Sherlock Holmes), The Return of Sherlock Holmes (1986-1988, El retorno de Sherlok Holmes) y The Adventures of Sherock Holmes (1986-1988, Las aventuras de Sherlock Holmes) y The Memories of Sherlock Holmes (1994, Las memorias de Sherlock Holmes).

viernes, 28 de octubre de 2016

Crossing Line: más allá de Europol


En uno de esos encuentros del Consejo de Europa a los que nadie presta la más mínima atención se firmó el Convenio Europol. Era el 26 de julio de 1995. La medida era una consecuencia de los Acuerdos de Maastrich destinados a que la Unión Europea fuera algo más que un mecanismo económico. Teníamos “espacio común”, pero no teníamos ninguna policía que coordinara la seguridad y la lucha contra la delincuencia en toda Europa. Interpol fue, desde su fundación, un organismo más teórico que práctico cuya actividad principal era distribuir fotos de los más buscados en cada país… pero no de encontrarlos. Nunca hubo coordinación real entre las distintas policías nacionales en el interior de Interpol y sólo algo en Europol. Menos mal que el cerebro coordinado de productores franco-germano-estadounidenses ha creado el producto ideal en este terreno: una unidad especial de policía, radicada en La Haya y formada por un miembro de cada nacionalidad, combate al crimen organizado a nivel internacional. Lo que no resuelvan ellos, no lo resuelven los “maderos” de cada país…

jueves, 27 de octubre de 2016

El Ciudadano Ilustre



El milenio empezó bien para el cine argentino en los últimos diez años. Desde que se proyectó Nueve Reinas (2000) aquella cinematografía ha ido subiendo el tono y elaborando productos cada vez de mayor calidad. Incluso en televisión, las series argentinas han alcanzado el nivel de excelencia con Cromo. A partir de ahora ya no basta con que nos satisfaga cine en castellano con otro acento: debemos ser conscientes de que la creatividad de aquellas latitudes figura entre las más dinámica del mundo. De ahí que no haya constituido una feliz sorpresa, sino algo esperado, la película El ciudadano ilustre que revalida la calidad de los productos allí facturados.

Mr. Robot: ¿todos los hackers son inadaptados sociales?



Vivimos en la era de la informática. Lo preocupante de este momento es que fue diseñado por neuróticos, inadaptados sociales e inmaduros emocionales al estilo de Steve Jobs o Bill Gates (algo que se percibe sin dificultad en biopics como Pirates of Silicon Valley (1999). Desde entonces la cosa no ha variado y en las tendencias más avanzadas de la informática (las impresoras en 3D) siguen existiendo tipos que responden a las mismas características (véase el documental Print The Legent [2014] presente en el streaming de Netflix). Claro que si la realidad es descorazonadora, ahí está Hollywood para embellecerla. 

Desde que David Cronemberg, filmó Videódromo (1983) en los albores de la era de la informática (dos años antes IBM había lanzado su primer Personal Computer), al cine siempre le han preocupado las interferencias entre nuevas tecnologías, manipulación de masas y visiones distópicas del futuro. Matrix (1999–2003) en sus tres entregas, con tintes progresivamente mesiánicos, nos situó ante el problema de nuestro tiempo: ¿Qué es la realidad? ¿Vivimos una realidad tangible o es el producto de un programa y lo que tenemos por realidad no es más que una ficción que encubre que somos seres esclavizados y con el cerebro manipulado? Y, acaso la más importante de todas ¿existe posibilidades de redención para lo humano? Mr. Robot circula en esta dirección, pero lo hace por senderos más realistas y menos trillados. 

miércoles, 26 de octubre de 2016

Operación Telemark, más o menos así fueron las cosas



Resumimos el tema de la miniserie: los científicos alemanes necesitan óxido de deuterio, “agua pesada”, para fabricar un reactor nuclear para moderar las reacciones nucleares en cadena. Era una forma de conseguir energía y fabricar la bomba atómica. El mando aliado de “operaciones especiales”, enterado del proyecto, se propuso interrumpir la producción de este producto fabricado en Noruega. A tal fin articularon cuatro operaciones: Operación Grouese (octubre de 1942) que fracasó, Operación Freshman (noviembre de 1942) con idéntico fin, Operación Gunnerside que logró interrumpir durante pocos días la producción; siguió un bombardeo norteamericano que destruyó más edificios del pueblo vecino que instalaciones y, finalmente, el ferry utilizado para enviar la producción fue hundido por saboteadores. La miniserie Operación Telemark describe con bastante fidelidad este conjunto de operaciones.

martes, 25 de octubre de 2016

The Countant.. El Contable



La crítica de la peli El Contable la podéis leer en este enlace de El Cine en la Sombra 

Midnight Diner: entre Mishima y Cheers



La saturación de series que sufre en la actualidad el espectador hace que le pasen desapercibidas muchas que, sin embargo, merecen mejor destino. En 1982 la NBC estrenó una comedia de situación ambientada en un bar de Boston (Massachusetts) realmente existente. Al terminar la primera temporada constituyó un rotundo fracaso, sin embargo la cadena insistió en ver los resultados de una segunda temporada. La serie, a partir de ese momento y hasta 1993 obtuvo 28 premios Emmy y 117 nominaciones e incluso tuvo un afortunado spin–off con Frasier (1993–2004). Se llamaba Cheers (1982–1993), una serie histórica. Su concepción era muy simple: un bar en el que interactúan distintos clientes fijos y se construyen historias a partir de ellos o de nuevos visitantes. Si cambiamos Boston por Tokyo, los conocidos rostros de la pantalla norteamericana por rostros japoneses, quitamos las dosis de humor desmadrado hollywoodiense y las sustituimos por historias en las que ternura, humor y drama se mezclan en cantidades desiguales en cada episodio, entonces tendremos la serie Midnight Diner: Tokio Stories.

lunes, 24 de octubre de 2016

Homeland (4ª y 5ª T), o la política exterior norteamericana


Hay series que no se pueden despachar con un comentario de dos folios. A ello contribuye el que cada año van apareciendo más temporadas y, por lo que sea, cada una de ellas es de calidad desigual a las otras. Homeland es de este tipo: empezó siendo una cosa y ha terminado teniendo una orientación diferente. En 2011 era una ficción sobre un soldado desaparecido y que retornaba a casa, gustó por encima de la media; luego decayó por lo cada vez más increíble del guión y, finalmente, en las dos últimas temporadas estrenadas se ha vuelto una especie de crónica de la política norteamericana en Oriente Medio visto desde el prisma de los servicios de inteligencia. Cada uno de estos tramos merecería un comentario pormenorizado. Centrémonos, pues, a la cuarta y quinta temporadas (estrenadas en diciembre de 2015 y de 2015, respectivamente), cuando las noticias indican que dentro de poco se emitirá la sexta.

domingo, 23 de octubre de 2016

Real Humans, más humanos que los humanos


Sabíamos que los suecos eran buenos realizando thrillers  policíacos, lo que no sabíamos era que también apuntaban maneras en el terreno de la ciencia ficción. Real Humans es una serie que viene de Suecia y nos presenta una historia de las interrelaciones entre humanos y robots. En 1950 Isaac Asimov publicó su famosa novela Yo, robot. Desde entonces el tema de cómo sería una sociedad en la que robots ultrasofisticados estuvieran masivamente presentes, ha sido tratado en otros muchos textos y en no menos películas. Habitualmente, en todos estos productos hay una serie de lugares comunes: robots que han desarrollado sensibilidad humana, robots que se rebelan contra sus propietarios y amenazan al mundo, robots que no saben que son robots, robots que empatizan con los humanos, robots que sustituyen a humanos, humanos que afrontan la lucha contra los robots… Pues bien, la habilidad de la Severiges Televisión(SVT) ha consistido en reunir todos estos elementos en una sola serie y añadir algunos más surgidos de la mente de Lars Lundström, su creador. 

sábado, 22 de octubre de 2016

Black Mirror, tercera temporada, o la desesperanza



El viernes 21 de septiembre de 2016, se estrenaba en Netflix la tercera temporada de Black Mirror. Los aficionados a esta serie la habían esperado ansiosamente durante casi cuatro años. El resultado fue que entre 20:00 y 23:00 horas el streaming se colapsó para recuperarse solamente al filo de la medianoche. A la hora de escribir estas líneas, cuando el sol del sábado despunta, algún adicto a esta serie, atiborrado de cafeína y/o taurina, debe estar paladeando los últimos episodios de la temporada. 

Todo lo que se ha podido decir sobre las dos temporadas anteriores, queda revalidado en esta tercera que tiene, sin embargo, una característica que es de agradecer: en lugar de “temporadas” de tres episodios, la tercera ofrece el doble. Si los tres primeros episodios emitidos en el ya lejano 2011 sirvieron para engancharnos a esta serie, ahora, cuando se han emitido trece (dos temporadas de tres, un especial en la navidad del 2014 y una tercera temporada de seis entregas), la serie conserva la frescura de aquel inolvidable estreno en el que el Primer Ministro británico debía tener relaciones con un cerdo para evitar la ejecución de un miembro de la familia real secuestrada… ¿Cómo no iba a enganchar una serie que empieza así?

viernes, 21 de octubre de 2016

Cien años de perdón, en la mejor línea del “Spanish Noir”



Reconocemos que el pasado 4 de marzo se nos pasó el estreno de una película que hubiera merecido nuestro más encendido elogio. La cosa es de lamentar porque necesitamos buenas películas españolas como el recién nacido precisa de la teta materna. Se debió a la sugerencia de un amigo el que rebuscáramos en la red hasta dar con ella en una versión de calidad aceptable. Lo que vimos nos sorprendió por tres motivos: la coherencia del guión (perfectamente atado y sin dejar cabos sueltos), el tema (a medio camino entre el thriller policial y un caso de corrupción política) y la realización (escrupulosa y extraordinariamente dinámica). ¿Quién dijo que no podía existir un “Spanish noir” en condiciones de rivalizar con las producciones nórdicas tan en boga hoy, de las que soy una verdadera fan-friki, o con las mejores producidas en Hollywood desde los años 40. 

True Detective, una serie que no está muerta


Si la primera temporada de True Detective se estrenó en 2014 y la segunda en 2015, está claro que, a la vista de su éxito, a estas alturas de 2016, deberíamos haber visto la tercera, esperando que la cuarta no se demorase mucho. Sin embargo, en el momento de escribir estas líneas, solamente tenemos la promesa hecha por el jefe de programación de HBO de que la serie “no está ´muerta”. Eso es lo más importante de una serie que marcó a la audiencia desde el primer episodio. Desde que pudimos apreciar el trabajo de los creativos con la carátula del primer episodio.

jueves, 20 de octubre de 2016

La Chica del Tren



La crítica de la peli La Chica del Tren la podéis leer en este enlace de El Cine en la Sombra

http://www.elcineenlasombra.com/la-chica-del-tren-critica/

Bedrag, el delito económico en la época de la globalización



¡Que gran invento esto de la economía globalizada! Especialmente para los estafadores de guante blanco… La economía globalizada, en tanto que permite la libre circulación de capitales, ha reactualizado el consabido timo del tocomocho, pero a escala financiera e internacional, a lo grande: poder crear empresas sin valor que se compran y se venden para engordar deliberadamente la cotización en bolsa de una firma, sortear las trabas y obstáculos impuestos por los mecanismos nacionales de control del fair play económico en los Estados Nacionales, la existencia de una prensa económica que apenas investiga, pero que tiene tendencia a publicar informes –previo pago– para promover la imagen de determinadas empresas y hundir a otros y, finalmente, la existencia de paraísos fiscales a los que va a parar el dinero obtenido por procedimientos ilícitos en todo el mundo, todo ello, constituyen la auténtica médula de la economía globalizada y, también de esta serie, Bedrag, que, como otros éxitos televisivos, viene del Norte. En el momento de escribir estas líneas, se está estrenando en Dinamarca la segunda temporada, cuando Bedrag ya rivaliza en éxito con otras producidas en las mismas latitudes: Borgen (2011–2014), Bron/Bröen (2011–2014), Hamarinn (2009), Varg Veum (2011–2014), Wallander (2003–2013) etc, etc, por citar unas pocas que ya hemos tratado en ese blog.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Fargo, crímenes entre analfabetos estructurales


En 1996 se estrenó la película de los hermanos Coen, Fargo. Ese mismo año obtuvo una granizada de premios: 2 Oscars, 4 nominaciones a los Globos de Oro, una Palma de Oro en Canes, seis a los Bafta y así sucesivamente. No hubo segunda parte. Fue mejor: casi veinte años después, la cadena FX encargó una serie basada en la temática de la película. El 15 de abril de 2014 se estreno la primera temporada. Para el 2017 se espera la tercera. La serie aparece en un momento en el que existía una tendencia a revalorizar el cine de los 90, transformando en series películas de culto (o poco menos): así surgió 12 Monos (ya proyectada) y El show de Truman o Ghost (que están por llegar). La serie Fargo, pertenece a este paquete. Era arriesgado, porque películas de éxito habían fracasado y ahí estaban las tristes Crónicas de Sarah Connors (2008–2009) pare recordarnos que un éxito en la pantalla grande no triunfa necesariamente llevada al plasma. Estén tranquilos: Fargo es serie de notable alto.

martes, 18 de octubre de 2016

El infiltrado, Hiddleston contra Laurie según Le Carré


A las novelas de John Le Carré siempre les ha sentado bien el cine; sin ánimo de ser exhaustivo recordamos El espía que surgió del frío (1965), Llamada para un muerto (1966), La Casa Rusia (1990) y ya en el tercer milenio las muy notables El sastre de Panamá (2011), El jardinero fiel (2005) y El topo (2011). Junto con Graham Green, es sin duda, el gran novelista del mundo del espionaje y su cronista desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy. Le Carré siempre ha tenido la habilidad de escribir sus novelas en función de la actualidad política. La novela en la que se basa esta miniserie fue escrita en 1993, una época en la que ya no podía recurrir a las rivalidades entre los EEUU y la URSS, y las trasladó al mundo de la delincuencia y el tráfico de armas. En 2015 la BBC decidió transformar la novela en miserie optando por ambientarla en un momento de actualidad: las mal llamadas·“primaveras árabes” y el período del derrumbe del régimen egipcio de Mubarak. A pesar de esta licencia, la serie es extraordinariamente fiel a la letra y al espíritu de la novela.

lunes, 17 de octubre de 2016

Cómo defender a una asesino, serie de abogados, pero diferente…


Después de más de medio siglo de series de abogados, resulta difícil aceptar que otra más pueda aportar algo al género. Hasta ahora, todo ha consistido en “abogado defiende a cliente – abogado logra absolución de cliente”, con sus variantes. Eso es todo. Y, sin embargo, se han dado intentos de salir de este esquema. Aly Mc Beal (1997–2002), por ejemplo, empezó bien como tragicomedia y terminó siendo una enumeración de los problemas de una abogada neurótica cada vez más insufrible (lo mejor, terminó siendo las canciones de Wonda Shepard). JAG, alerta roja (1995–2005), tuvo de original el encuadre de la trama en la marina de los EEUU; todo lo demás resultó convencional. Eli Stone (2008–2009), abogado con aneurisma cerebral y alucinaciones, se fue apagando a medida que avanzaba la trama. Murder One (1995–1997) se convirtió en la “serie judicial” de los 90 a pesar de ser demasiado increíble (al insistir en la moralidad de la profesión…). En definitiva, parecía imposible ir más lejos de donde habían llegado Perry Mason (1957–1966), madre de todas las series “de abogados”.

Cómo defender a un asesino, formula un planteamiento inédito hasta ahora. De ahí su interés. Un grupo de alumnos de una profesora que, además, es una agresiva abogada defensora, especializada en conseguir la absolución de asesinos, aparecen como protagonistas junto a su astuta mentora. El grupo de becarios es, con mucho, lo más imaginativo de la serie. Reúne a un grupo de estudiantes, cada uno de los cuales es diferente a los demás: el gay inestable y de pocos escrúpulos, el estudiante de color que quiere ganarse una posición social, el gilipollas estructural sexomaníaco, la ingenua ambiciosa, la chica tan insegura como acomodada y decidida a triunfar… Estos personajes se completan con los componentes del bufete de abogados de su profesora y el marido de ésta. 

Que Dios nos perdone (2016)


La Crítica de Que Dios nos Perdone la podéis leer en este enlace de El Cine en la Sombra

http://www.elcineenlasombra.com/dios-nos-perdone-critica/

domingo, 16 de octubre de 2016

Burning Bush, la invasión soviética de Checoslovaquia ya tiene su serie


Hay momentos de la historia reciente en los que su simple alusión basta para recordar lo que uno estaba haciendo en aquellos momentos. Todos recordarán cómo se enteraron del ataque a las Torres Gemelas o de los atentados del 11-M. A los más mayores no se nos olvidará jamás cómo fue aquel día en el que mataron a JFK, o cuando los tanques soviéticos entraron en Checoslovaquia un día del agosto de 1968. El episodio tuvo una continuación el 19 de enero de 1969, cuando un joven se quemó en Praga en señal de protesta por la invasión. Se llamaba Jan Pallach. Esta miniserie checa es una reconstrucción histórica de lo que ocurrió en su entorno en los meses que siguieron.

La miniserie nos narra cómo Jan Palach llegó a la conclusión de que su suicidio era la única forma de protestar visiblemente y con repercusiones sobre la ocupación de su país por las tropas soviéticas. Y lo hace siguiendo una línea argumental que abarca a su entorno de amistades universitarias, a los miembros del gobierno pro-soviético que asumieron la neutralización mediática de la acción de protesta y, finalmente, a la familia de Jan Pallach. Era fácil caer en el sentimentalismo y en el victimismo en una serie de este tipo y, por supuesto, en la parcialidad política. Sin embargo, la directora a cargo del proyecto, Agnieszka Holland, nos presenta un cuadro históricamente irreprochable: los argumentos en defensa de la acción de Jan Pallach y las noticias gubernamentales denostándola se expresan de manera nítida tal como se dieron en la época. De hecho, el propio gobierno comunista de Praga puesto por los soviéticos tras la deposición de Dubcek y la camarilla reformista, apenas supo que decir al producirse el suicidio de Pallach. Fue entonces cuando se vieron forzados a recurrir al manual de “operaciones psicológicas”.

sábado, 15 de octubre de 2016

Hinterland, crímenes tierra adentro



Una serie galesa a recordar. Este es el dato más significativo de esta serie: el galés es una lengua residual hablada por muy poca gente y siempre en lugares alejados de las grandes ciudades y de todo lo que pueda ser o parecer moderno. Hay enamorados de aquella tierra que se han propuesto que la lengua galesa no desaparezca por completo. Esto ya nos sitúa en el escenario en donde se desarrolla la trama: una de las zonas más profundas del Reino Unido. De hecho, la propia palabra Hinterland con que ha sido difundida fuera del País de Gales, quiere decir “tierra del interior”. Allí fue emitida con el nombre de Y Gwyll cuya traducción directa sería La oscuridad o El atardecer. Pero al reproducirse fuera de gales se juzgó que este nombre era poco contundente y se la rebautizó con el mismo con que ha sido proyectada en España: Hinterland.

La serie tuvo una larga gestación. El proyecto se remonta a 2011 cuando la BBC encargó a un escritor galés Ed Thomas, componer una serie policíaca ambientada en las zonas rurales de su país. Resuelto, luego, el problema de quién la emitiría (la BBC para todo el territorio del Reino Unido y la SC4 en Gales, uno de cuyos objetivos es difundir la lengua galesa y evitar que a la vuelta de una generación pase a ser lengua muerta), quedaba lo más difícil: reunir el dinero suficiente para poner en marcha el proyecto. Así que hubo que esperar dos años antes de que se encendieran los focos y el director del piloto –Greth Bryn– diera el ritual de “¡Acción!”. 

viernes, 14 de octubre de 2016

Bron/Bröen, o la unanimidad sin disonancias



Una se pregunta, casi de manera inevitable, “¿Cuándo se harán en España series de este tipo?”. De tanto en tanto aparecen series cuya trama es la convencional que corresponde a una película policíaca, y sin embargo, el resultado no es sólo correcto, sino extraordinario hasta el punto de que existe unanimidad en la crítica y cuesta encontrarles alguna deficiencia. No es frecuente, pero series como Bron/Bröen figuran entre las más apreciadas por la crítica (y por el público) en la segunda década del milenio. Y lo más sorprendente es que no procede de los laboratorios de Hollywood, sino de cinematografías minoritarias. 

La serie mereció el que Hollywood se interesara por ella y  realizara una afortunada adaptación a los EEUU. Y El resultado también es curioso, porque, normalmente, el original y la adaptación suelen tener calidades diferentes o, como mínimo, adaptarse mejor o peor a públicos de latitudes concretas. The Bridge gusta porque, partiendo de la misma trama, la adapta a los problemas locales de la frontera  entre dos mundos: EEUU y México, cuyas dicotomías son mucho más marcadas que las existentes entre Dinamarca y Suecia. 

jueves, 13 de octubre de 2016

Les Revenants, zombies lustrosos y de buen ver




En los últimos años hemos visto zombis de todos los colores y condiciones: zombis guasones (Zombieland [2009], Shaun of the Dead [2204]), zombies glamurosos (Fido [2006]), zombis a mogollón (La noche de los muertos vivientes [1968 y 1990]), zombis maquillados y reciclados en grupos de ayuda (In the Flesh [2013–2014]), zombis mexicanos (Los infectados [2011]), zombies a la española (REC 3 [2007]), zombies japoneses (incontables) y así sucesivamente. Faltaba una serie de zombies que no se hubieran enterado de que son zombies. Con Les Revenants se riza el rizo y aparece una nueva categoría de zombis que, a efectos taxonómicos podemos definir como “zombies de buen ver”.

El argumento de partida es fácil de situar: en un pueblo francés, acaso en las estribaciones de los Alpes (la serie fue rodada en Alta Saboya), a las orillas de una presa que genera un enorme lago artificial, regresan algunos jóvenes que han muerto años antes. Una de ellas fue víctima, junto a otros compañeros de clase, de un accidente de autobús, otro es un joven que se suicidó, también hay un niño que había sido asesinado por sus secuestradores y, la guinda, un asesino en serie. Están físicamente como cuando murieron. La serie trata sobre sus pensamientos, sentimientos y acciones, y las esperanzas y temores que suscitan en el ambiente que les rodea. Al igual que en In the Flesh, parte de sus vecinos, se ven ganados por el miedo a lo inexplicable. A partir de aquí la trama se va deslizando por canales inusuales en películas de zombies. Porque, de eso se trata, cualquier muerto que regresa, aunque no sea para devorar al primer paisano, puede ser considerado como zombie, al margen de si su aspecto es glamuroso y atractivo, o pálido y descarnado.

miércoles, 12 de octubre de 2016

The Bridge, versión norteamericana, igual, pero diferente, a la nórdica


No siempre las adaptaciones de series europeas a los EEUU tienen una calidad aceptable. Recientemente hemos visto como Los misterios de Laura (2009-2014) se convertía en The Mysteries of Laura (2016) sin aportar mucho lustre al personaje y, más bien, desluciéndolo. Esto de las adaptaciones es casi una loteria. En la genial serie danesa Borgen (2010-2013) reconocemos una temática similar a la que luego asumió brillantemente House of Cards (2013- ), sin embargo la aceptable Den som dræber (2014) producida en el mismo país se convirtió en la frustrada Those Who Kill (2014). Algunas veces, las adaptaciones culminan en un producto brillante que iguala, e incluso supera al original y en otras en un aborto que jamás debería haberse filmado. Todo esto viene a cuento porque The Bridge es la traslación de la serie sueco-danesa Bron/Broen (2013-2014). Adaptación brillante. 

Puede decirse que se trata de una serie cuyo contenido se ha visto determinado por la fatalidad y los paralelismos geográficos. Una de las obras más difíciles de la ingeniería europea es el puente de Øresund que une el área metropolitana de Copenhague con la ciudad sueca de Malmö, uno de los puentes más largos del mundo con sus casi 8.000 metros de longitud y sus 23 metros de anchura. La frontera entre ambos países se encuentra justamente entre los dos pilares más elevados (de 204 metros de altura). Es ahí en donde arranca la trama de la serie nórdica con el descubrimiento de un cadáver justo en la línea de demarcación entre ambos países. Esto hace que, a partir de ese momento, los protagonistas de la serie sean un rústico policía sueco y una metódica policía danesa.

martes, 11 de octubre de 2016

Small Time


Mi Crítica de Small Time la podéis leer en este enlace de El Cine en la Sombra

El Marginal, prisiones con otro acento


 
Estamos siendo seducidos por el magnífico cine argentino, así de claro. Es uno de los más pujantes de Iberoamérica y cada vez más sus producciones saltan las fronteras nacionales y continentales y pasan a ser observadas, primero con interés, y después con admiración, en todo el mundo. Otro tanto les ocurre a las series televisivas producidas en aquel país que, desde hace unos años han alcanzado niveles de perfección e interés antes desconocidos. El marginal es una serie de prisiones argentina que nos llega a través de Netflix y que sigue en interés a la grata sorpresa que fue Cromo (2015). 

Las series ambientadas en cárceles proliferan en estos últimos tiempos: la memoria nos alcanza a recordar Oz (1997-2003) Prison Break (2005), Alcatraz (2011-2012), Orange Is the New Black (2013), y la española Vis a vis (2015). Será porque la crisis económica ha aumentado la población penitenciaria en todo el mundo o, simplemente, porque cada vez más ciudadanos son víctimas de la delincuencia, el caso es que este género experimenta hoy una proliferación nunca antes conocida. Hay de todo, como en botica, series mejores y peores. El marginal pertenece a las primeras.

lunes, 10 de octubre de 2016

Gotham, ciudad maldita, ciudad de la noche, ciudad de la corrupción



Las tres temporadas de Gotham han constituido las más felices adaptaciones a TV de la serie Batman que tantas veces ha irrumpido en la pantalla grande. Puede ser considerada como una precuela sobre el origen de Batman y su vida antes de asumir su personalidad de super-héroe. También tiene algo de spin-off porque buena parte del protagonismo es asumido por personajes (especialmente el Pingüino) que aparecían en la serie. Pero, sobre todo, ha conservado frescas sus características de cómic.  Porque lo que vamos a ver en los 47 episodios filmados es, sobre todo, un cómic, con su sentido del humor, sus fantasías altamente improbables y los rasgos caricaturescos de sus personajes. 

La historia tiene como protagonistas, en primer lugar, a la ciudad que lleva su nombre y luego a una serie de protagonistas habituales, buenos y malos. Al igual que en el cómic, los malos lo son en estado puro pero con cierto sentido del humor que hace que empaticemos con algunos de ellos. Y en cuanto a los buenos, incluso el “Bruce Wayne”, su mayordomo “Alfred Pennyworth” y, por supuesto, la futura Chat Woman, no conservan siempre la bondad beatífica inherente a su condición de adolescentes ingenuos o de personificaciones del bien absoluto. Eso mismo vale para “Harvey Bolluck”, policía buscavidas y para su compañero y protagonista principal de la serie, el “detective Jim Gordon”.

domingo, 9 de octubre de 2016

Boardwalk Empire: antihéroes de “realidad mejorada”


El general Cambrone, jefe de la Guardia Imperial contestó a la propuesta de rendición que le hicieron los ingleses en Waterloo escueta y lacónicamente, con la palabra “merde!”. La historiografía francesa ha embellecido y retorcido el episodio haciéndole decir: “La Guardia muere pero no se rinde”. Es lo que nuestros informáticos llamarían “realidad mejorada”. Esto viene a cuento de la serie Boardwalk Empire cuya quinta y última temporada terminó en Octubre de 2014 y merece algún comentario. Sí, porque Boardwalk Empire es la “historia mejorada” de los gánsters norteamericanos de los años veinte en la que todos ellos resultan ampliamente embellecidos sino magnificados.

Cuando uno ve la foto del auténtico Enoch “Nucky” Johnson y la compara con la del protagonista de esta serie Enoch “Nucky” Thomsom se da cuenta de que en Hollywood todo es permisible, incluido el adelgazar cincuenta kilos al protagonista, embellecerlo y matarlo cuando no toca a mayor gloria de un final coherente. Para saber lo que fue aquella época en los EEUU tenemos dos caminos: o los documentales de la TV2 o películas de ficción sobre el tema. Estas últimas no han faltado desde 1932 con el Scarface de Howard Hawks, protagonizada por Paul Muni e inspirada en la biografía de Al Capone, hasta esta serie de Boardwalk Empire. Gracias a estos productos hemos ido teniendo una visión más o menos “mejorada” de lo que fue la prohibición y el período dorado del gansterismo. 

sábado, 8 de octubre de 2016

Dardevil, una de superhéroes superentrenida


Existe un público refractario al cine de superhéroes y, por tanto, quienes no sean habituales de este género, deben salvar un primer rechazo. Si lo superan, verán una serie en dos temporadas y 26 episodios capaz de seducir, incluso, a quienes inicialmente desconfíen de las bondades de este subgénero de ficción. Daredevil se une, pues, al brillante spin off televisivo de Batman que hace de El Pingüino uno de los personajes centrales de la serie Gotham (2014) que va ya por la tercera temporada. Dos series a considerar, a poco que se venzan las reservas iniciales.

Cuando Stan Lee (que aparece en la tercera temporada de Big Bang Theory [2010]) creó el personaje de Darevedil para la Marvel, estaba lejos de pensar que se convertiría en una de las figuras más populares de esta reserva de superhéroes. En realidad, un superhéroe de “tebeo”, alcanza status de miembro de una élite, cuando en reconocimiento público a su popularidad aparece en la gran pantalla. Ocurrió con Supermán, su saga y sus remakes, volvió a ocurrir con Batman y luego siguieron por esta senda más de una docena.

viernes, 7 de octubre de 2016

Orphan Black, o la pérdida de identidad.


Orphan Black va de mujeres absolutamente idénticas, fabricadas en serie mediante ingeniería genética. Tan iguales que han debido ser interpretadas por la misma actriz que asume (otro récord del que puede alardear la serie) algo más de una decena de roles. Lo que le pone en marcha la acción, es que todas las mujeres clonadas se sienten solidarias, no solamente del mismo origen, sino también del mismo problema: la propia identidad. 

Alguien ha dicho que el siglo XXI “será el siglo de la identidad”. Todos –todos aquellos en los que el encefalograma no es completamente plano– tenemos a preguntarnos quiénes somos. No está claro. Antes mirabas a tu entorno y respondías inmediatamente: “soy fulano de tal, hijo de mi padre y de mi madre que están conmigo desde que nací; desde pequeño, ni padre me inculcó unos valores y una vocación que desarrollaré casi automáticamente; mi cultura es la de mis vecinos, otro tanto ocurre con mi religión: es la que ha sido siempre propia de mi familia, de mi pueblo y de los que son como yo…”. Hoy, todo esto ha saltado por los aires: globalización, nuevas formas de familia, mestizaje, pérdida de tradiciones, ruptura entre las generaciones, movilidad, y, finalmente, como consecuencia de todo ello, desarraigo. Nuestra identidad ya no está tan clara como podía estarlo hace 50 u 80 años. La aventura por la vida es, hoy más que nunca, una búsqueda de nuestra identidad. Y esto es lo que mueve a Sarah Maaning, protagonista de Orphan Black.

jueves, 6 de octubre de 2016

12 Monkeys. Sin pretensiones, sin ambiciones, sin emociones



Si usted guarda un buen recuerdo de Los Doce Monos (1995) aquella película dirigida por Terry Gillian y protagonizada por Bruce Willis, Brad Pitt y Christopher Plummer, con música de Astor Piazzolla, esta serie le sabrá a poco e, incluso es posible que la abandone al segundo o tercer episodio. Aquella película constituyó un éxito de taquilla y le valió a Brad Pitt una nominación al Oscar por el mejor actor de reparto. De Los Doce Monos nos queda su actuación electrizante como residente en un manicomio, la música de resonancias tangueñas (en realidad era un arreglo de la Suite de Punta del Este), la sordidez de algunas escenas y jirafas recorriendo libres las inmediaciones de una autopista. Para muchos espectadores, esta cinta alcanzó el nivel de “mítica” y para otros es, simplemente, “película de culto”. No dejó indiferente a nadie y es considerada de manera prácticamente unánime como una película perfecta en la medida en que coincidieron un guión bien atado, una interpretación galvanizadora, una dirección imaginativa, una música inolvidable y un montaje que aumentaba la tensión del espectador.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Broadchurch, paraísos que no lo son tanto



Si algo se le puede achacar a esta serie es su extremo realismo. Todo es tan cotidiano y tan habitual en pequeñas comunidades que, se diría que aun ocurriendo en una población costera del Reino Unido puede muy bien haber sucedido en ese pueblo en donde usted o yo vivimos o vamos de veraneo cada año. En las pequeñas comunidades, los rencores, los odios, los resentimientos, las sospechas y las desconfianzas centuplican su intensidad en relación a las grandes ciudades que siempre han tenido algo de anónimo e impersonal. Y lo que es peor: marcan a sus habitantes para siempre, se extienden como la pólvora y tienen la fuerza del rayo. El hecho de que esos pueblos tengan una dimensión más humana que las grandes megalópolis modernas es lo que las hace más atractivos a primera vista. Luego, cuando uno se introduce en ellas empieza a pensar que buena parte de lo humano es también desagradable y hostil. Esta serie nos muestra con tal perfección los rasgos psicológicos de estos pueblos con una precisión tal que compone un cuadro hiper-realista. 

martes, 4 de octubre de 2016

The Fall, la vida paralela del gato y del ratón



El interés de The Fall (la caza) radica, sobre todo, en el modelado de los personajes tanto en la mesa de guionización como en el plató de rodaje. Los méritos corresponden, a partes iguales, a Allan Cubitt, creador de la serie, y a la pareja protagonista “Stella Gibson” y “Paul Spector”. 

“Stella Gibson”, miembro de la policía metropolitana inglesa –alguno se preguntará por qué se llama a esta institución “Scotland Yard”, la yarda escocesa: no es, desde luego, porque estuviera situada en el nº 4 de Whitehall Place, sino porque su puerta trasera, aquella por la que entraban y salían los criminales apresados daba a la calle Great Scotland Yard– es enviada a Belfast, Irlanda del Norte, para desatascar una investigación en donde la policía local parece haber encallado. El criminal es, sin duda, un depredador sexual, “Paul Spector”. Nadie se llama a engaño: desde el principio, todos los televidentes saben quién es el asesino, cuál es su rostro y cuántas veces se cruza y es interrogado por policías que ignoran su condición de matarife a tiempo parcial. Psicólogo de profesión, amantísimo padre de familia y con dos hijos pequeños e incluso aspecto frágil e inofensivo, nadie diría que fuera del horario laboral y de sus deberes familiares, elige y ejecuta a sus víctimas de manera truculenta. Lo esencial de la serie es que, a medida que avanza la trama, se evidencia un paralelismo entre la inspectora el policía y el sádico asesino en serie.

lunes, 3 de octubre de 2016

La Correspondencia



Mi Crítica de La Correspondencia la podéis leer en este enlace de El Cine en la Sombra

El Caso Fisher (2014)


Mi Crítica de El Caso Fisher la podéis leer en este enlace de El Cine en la Sombra

Marcella, un cruce de caminos



Reconozco que cuando la panoplia de Netflix nos ofreció esta serie, la tomé por un culebrón, a la vista del nombre. Una, reconozcámoslo, tiene prejuicios ante determinados géneros. Luego, la curiosidad y la falta de series nuevas que ver, me hizo interesarme por ella y lo que encontré fue un producto británico que no llega a la calidad ni a la innovación temática de River (2015), pero tampoco es una catástrofe a lo tercera temporada de Master of Sex (2015). Tiene el aliciente de que ha sido ideada por Hans Rosenfeldt, creador de la serie sueco–danesa Bron/Broen (2011–2015) que tuvo su versión norteamericana en The Bridge (2013–2014), siendo ambas –aunque diferentes– de gran calidad. Fue este detalle el que nos animó a ver Marcella: quien estaba en el origen de una serie genial a, bien podía revalidar este éxito o, al menos, quedarse cerca. Pero el resultado dista mucho de igualar a Bron/Broen.

domingo, 2 de octubre de 2016

The Ranch, entre Bonanza y Frasier


Realizada según el modelo de las sitcom, The Ranch se basa en situaciones esperpénticas desarrolladas en un rancho perdido en Colorado, al pie de las Montañas Rocosas: la Norteamérica profunda, pero no confundamos, no la pacata y reaccionaria la de los baptistas del Sur, sino la de los que hace cien años eran cowboys propios del westner. Por algún motivo que escapa al entendimiento del sufrido espectador, desde hace dos décadas, las televisiones de poco presupuesto (y últimamente hasta el canal Paramount), ofrecen sistemáticamente, en las tardes y a diario, una –o incluso dos- películas del “lejano oeste”. Lo que han hecho los productores de The Ranch ha sido un producto que evoque esta inflación cotidiana de este tipo de películas. La habilidad ha consistido en trasladar la trama a un entorno familiar (a fin de cuentas westerns como Bonanza [1959-1973] o La casa de la pradera [1974-1983], tenían ese sello), cambiando apenas el caballo por el pickup, pero manteniendo los sombreros de ala ancha, las botas vaqueras y ese estilo rudo e implacable propio de quienes abrieron la “nueva frontera”. Ah, y lo más importante, dar al conjunto el aire de comedia de situación. El resultado es bueno. Para ser más exactos: más que bueno, sin llegar a la excelencia.

sábado, 1 de octubre de 2016

Hannibal, la precuela de las precuelas


Desde que en 1981 Thomas Harris escribió su novela El dragón rojo en el que aparecía por primera vez el “doctor Hannibal Lecter”, el siniestro personaje del psiquiatra caníbal ha merecido cinco largometrajes (Hunter/Cazador de hombre [1986], El silencio de los corderos [1991], Hannibal [2001], El dragón rojo [2002] y Hannibal: el origen del mal [2007]) y, por si no era suficiente, la serie televisiva Hannibal nos sitúa en la vida del asesino en serie previa a su detención por la agente Clarice Starling (Jodie Foster). La tradicional y consabida precuela ideada por algún guionista al que, a falta de capacidad para idear un producto nuevo y original,  se le ocurrió la pregunta tópica: “¿Qué ocurrió antes de…?”. Las tres temporadas que se filmaron de la serie, contribuyen a perfilar la respuesta.